Mares invasores en el lejano Pacífico están elevando los niveles de sal en las lagunas de las islas Marshall. El oleaje amenaza con partir en dos una isla. "Está empeorando", dice Kaminaga Kaminaga, el coordinador de asuntos climáticos del diminuto estado insular.
El alza de los niveles del océano también crea nuevas interrogantes: ¿Qué pasa si los 61.000 habitantes deben abandonar sus islas y atolones? ¿Siguen siendo considerados una nación? ¿Con un puesto en las Naciones Unidas? ¿Con control de sus zonas pesqueras y los minerales submarinos? ¿Dónde van a vivir? ¿En quiénes se van a convertir ellos y sus hijos?
Durante años, las negociaciones globales para tomar medidas contra el calentamiento global se han alargado, con muy poco resultado. Los 193 países miembros del tratado de
A
"La gente que construyó sus casas cerca de la costa, todo lo que puede hacer es agarrar más rocas para reconstruir el malecón diariamente", dijo Kaminaga, que está en Cancún con la delegación de las Islas Marshall a la conferencia de
El gobierno de las islas, no obstante, tiene la mirada más allá del presente, en un futuro con interrogantes sobre desplazamiento, derechos y la existencia misma de la nación.
"Enfrentamos una serie de asuntos únicos en la historia del sistema de naciones-estados", dijo Dean Bialek, un asesor de
El gobierno de las islas dio un primer paso para confrontar esos asuntos al pedir asesoría del Centro para Leyes del Cambio Climático en
Numerosas naciones han desaparecido a través de una secesión _ un ejemplo reciente es la fractura de Yugoslavia _, por conquista o cediendo sus territorios a otros países.
Pero "ningún país ha desaparecido físicamente, y eso es algo que no está contemplado en la ley", dijo Gerrard durante una entrevista en Nueva York.
La red de
Pero las islas podrían volverse inhabitables mucho antes, a causa de la contaminación salina de las reservas de agua potable y la destrucción de cosechas, y porque se espera que el calentamiento global genere tormentas tropicales más poderosas.
"Si un país como Tuvalu o Kiribati se vuelve inhabitable, ¿quedan esas personas sin estado? ¿Cuál es su posición bajo las leyes internacionales?", pregunta la erudita legal australiana Jane MacAdam. "La respuesta escueta es: depende. Es complicado".
McAdam, de
En lo que se refiere a los isleños manteniendo su ciudadanía y soberanía si se ven obligados a abandonar sus tierras, dijo MacAdams por teléfono desde Sydney, "no está claro cuándo un estado concluiría a causa del cambio climático. Dependería de lo que la comunidad internacional está dispuesta a tolerar" y de si
El tratado mundial de refugiados de 1951, que dispone que los países den refugio a quienes escapan persecución y represión, no cumbre la amenazante situación de aquellos desplazados por cambios climáticos. Algunos proponen negociar un nuevo pacto para obligar a un tratamiento similar para esos refugiados.
En el caso de los habitantes de las Marshall, el panorama es menos claro. Bajo un acuerdo con Washington, los ciudadanos del antiguo territorio asociado tienen el derecho a ingresar libremente a Estados Unidos para estudiar o trabajar, pero el derecho a la residencia permanente debe quedar aclarado, dicen asesores del gobierno.
A los isleños les preocupan, además, sus derechos económicos a largo plazo. La vasta dispersión de los 29 atolones de las Marshall,
El atún que pasa por esas aguas es el principal recurso de las islas, explotado con la venta de licencias a flotas pesqueras extranjeras. "Si las islas desaparecen bajo el mar, ¿qué sucede con sus derechos de pesca?", pregunta Gerrard. Potencialmente de igual importancia: los ingresos del magnesio y otros minerales submarinos que los geólogos han estado explorando en años recientes.
Cuando los abogados en la conferencia de Nueva York en mayo comiencen a tratar de esclarecer el rompecabezas legal de las naciones desaparecidas, los habitantes de las islas van a estar lidiando con crecientes problemas.
La "prioridad mayor", dijo Kaminaga, es salvar el istmo que conecta a
Mientras tanto, una persistente sequía este año obligó a los residentes a usar más sus pozos, donde la detección de agua salada les forzó a utilizar unidades de desalinización. Y "partes de las islas están siendo erosionadas", dijo Kaminaga, con filas de cocoteros cayendo al mar al perder terreno.
Esta semana en Cancún y en los próximos meses, los representantes de las Marshall van a buscar ayuda internacional para la adaptación a los cambios climáticos. Ellos desean proyectos como una carretera elevada a Jaluit, la plantación de vegetación protectora en las costas, y un malecón de cinco kilómetros para proteger la capital, Majuro, de las crecientes mareas del Pacífico.
Pero las esperanzas de los isleños de que se tomen medidas a corto plazo para recortar las emisiones globales y salvar sus remotas tierras para el próximo siglo se están desvaneciendo.
"Si todas estas herramientas financieras y diplomáticas no dan resultado, pienso que algunos países están considerando algún tipo de medidas legales", dijo Dessima Williams, embajadora de Granada en
Al final, los isleños se preguntan qué pasará con su cultura, su historia, su identidad con una tierra _ incluso con sus antepasados _ si se tienen que ir.
"Hay cementerios a lo largo de la costa que están siendo erosionados, tumbas que están cayendo al mar", dice Kaminaga. "Incluso tras la muerte somos afectados".
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