El año pasado, el pronóstico
de derrame anual en los seis ríos de la provincia advertía una temporada seca
para dos de ellos y pobre para los cuatro restantes (tal como lo muestra la
tabla).
El pronóstico para este año es
peor: seco para todos los ríos provinciales, según la información que brinda el
Departamento General de Irrigación (DGI).
Rubén Villodas, jefe de la
división Evaluación de Recursos Hídricos del DGI, explicó que la extensión a
seco en el pronóstico para los seis ríos provinciales (Mendoza, Tunuyán, Diamante,
Atuel, Malargüe y Grande) se debe a dos factores relacionados.
“El año pasado se pronosticó
que cuatro ríos tendrían un derrame anual al menos pobre. Finalmente no
llegaron a ese nivel y terminaron con un derrame seco. A esto hay que sumar que
las nevadas del invierno 2011 fueron escasas. El pronóstico no puede ser otro
que seco para la temporada 2011-2012 en todos los ríos”, resumió Villodas.
Que los ríos tengan un
pronóstico seco de derrame anual no significa que no bajará una gota de agua
por sus cauces. “Cada río tiene su medición en hm³ histórica con mínimo, medio
y máximo, de acuerdo con sus características. Si la previsión para la temporada
está por debajo del 65% de la media histórica, se considera un pronóstico seco
y esto es lo que se prevé que sucederá hasta setiembre del año que viene”,
aclaró Villodas.
Embalses más flacos
El pronóstico 2011-2012 es la
continuidad de lo que sucedió en la última parte de la temporada pasada (los
ríos con pronóstico pobre finalmente tuvieron un derrame seco).
Además, existe un agravante:
“El año pasado teníamos una reserva importante en los embalses que este año no
tenemos, porque venimos de una temporada mala. Nos enfrentamos a un problema
importante”, evaluó Villodas.
Por este motivo, los técnicos
de Irrigación ya han informado al Poder Ejecutivo la necesidad de extender la
emergencia hídrica decretada por el gobernador Celso Jaque el 30 de setiembre
del año pasado por un año más
Consecuencias para el riego
El agua para consumo humano
está asegurada por ley y no podrá faltar en los hogares mendocinos. Esto se
dejó bien claro desde el DGI.
Sin embargo, desde Aguas y
Saneamientos Mendoza (AYSAM), reiteraron que el cuidado del vital líquido debe
ser el mismo que ya se había pedido el primer día de setiembre, con las
restricciones ya comunicadas, y que las multas por derroche de agua potable
siguen vigentes.
El problema más significativo
para la temporada 2011-2012 será el riego de la producción agrícola.
Villodas anticipó que será por
lo menos “similar a la del año pasado” o quizá un poco peor, teniendo en cuenta
que las reservas en los embalses son menores.
“El año pasado se tradujo en
la suspensión del servicio de riego de algunas zonas, que llegaron a estar
entre 90 y 120 días. Lo que puede suceder este año es similar en la cantidad de
tiempo, pero es posible que se extienda a otros lugares que el año pasado no lo
sufrieron”, aseguró Villodas.
¿Más emergencia hídrica?
El 30 de setiembre de 2010, el
gobernador Celso Jaque decretó la emergencia hídrica basándose en los informes
que le acercaron los técnicos del Departamento General de Irrigación.
En esa ocasión, la emergencia
(que implica muchas restricciones) se decidió por un año, razón por la cual ya
no está vigente.
Los últimos días de setiembre,
Irrigación volvió a aconsejar al Poder Ejecutivo otro año de emergencia, de
acuerdo con el pronóstico de escurrimientos para la temporada.
“Hemos pedido que se extienda
por un año más la emergencia, pero hasta ahora no hemos tenido respuesta por
parte de la gobernación, suponemos que el tema está en estudio”, sostuvo
Villodas.
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