En seis de cada diez ciudades la temperatura superó los
30°, y en La Rioja hubo 40°; diluvió en la ciudad tras un día de calor
sofocante.
El país fue un horno. En más de la mitad del país, el
termómetro superó los 30 grados. Y en La Rioja, arañó los 40 grados, con una
sensación térmica de 48°8. La ciudad de Buenos Aires no fue una excepción a
esta ola de calor interminable que castiga desde que empezó el verano: hubo
32,9° y 40,3° de sensación térmica.
El agobio se sintió desde temprano: ya a las 8, el calor
era insoportable. Por la noche, tal como ocurrió ya en varias oportunidades,se
descargó una intensa lluvia.
En La Rioja el termómetro llegó a los 40° y la sensación
térmica a los 48°1 (a las 15); en Marcos Juárez (Córdoba) se registraron 36°1 y
una sensación térmica de 46°1, en la localidad de Laboulaye, también en
Córdoba, los 35°9 se sintieron como 43°2, y en Sunchales, Santa Fe, los 36°5 se
padecieron como 43°2. En total, en el 60% de las ciudades y localidades en las
que se mide la temperatura, el termómetro estaba en rojo, por encima de los 30
grados, que se considera el umbral de lo intolerable.
Desde temprano, en todo el país quedó en claro que la de
ayer sería una jornada infernal. Alcanzaba con abrir una ventana o salir a la
calle y tomar un colectivo para comprobar que la noche no había aportado ningún
alivio. A las 10, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) emitió la alerta
para la tarde por la llegada de tormentas en diez provincias del centro y norte
del país, con la posibilidad de granizo.
En 9 de Julio, provincia de Buenos Aires, a la media
tarde pasó un tornado que voló techos y derribó árboles, aunque no afectó la
cosecha del girasol. A la noche, los relámpagos ya tronaban sobre el cielo
porteño. Se esperaban lluvias en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Entre
Ríos, nordeste de La Pampa, Mendoza, San Luis, centro y sur de Santa Fe y sobre
la Capital.
En Posadas, Misiones, a media tarde el termómetro marcó
32°2, mientras que en Iguazú trepó a los 37°. En Jujuy, la temperatura promedió
los 30°, con una sensación térmica tres grados superior…
En Salta, en Santa Victoria Este, en el límite con
Bolivia y Paraguay, la temperatura fue de 44º, y se sufrió con los cortes de
luz que se están produciendo en la zona, que impiden por momentos el
funcionamiento de ventiladores y paralizan las bombas de extracción de agua;
esto interrumpe el suministro.
En Tartagal, cabecera del departamento de San Martín, la
marca llegó a 40º, pero con humedad superior al 90% durante el día, lo que hizo
más agobiante la jornada.
En San Ramón de la Nueva Orán, también en el Norte, y en
la capital salteña el cielo nublado atenuó la situación y los registros máximos
rondaron los 32°6 y los 30°.
El clima también fue agobiante en la provincia de Santa
Fe. En las primeras horas de la tarde, las temperaturas se ubicaron entre los
37° (en las ciudades de Rosario, Melincué y Venado Tuerto) hasta los 44°, en
Ceres y Vera, aunque la sensación térmica, por influencia del viento (Norte) y
la humedad, era superior a los 44°. En la capital provincial, la temperatura
alcanzó, a las 16, los 39º7, con una sensación térmica de 43 grados.
Los expertos advirtieron que en el centro-norte
santafecino, las últimas lluvias, que en general no superaron los 30 milímetros
promedio, ayer ya se habían evaporado por las altas temperaturas. Se esperan
este mes nuevas y abundantes lluvias en el nordeste santafecino, en su mayor
parte dedicado a la ganadería.
Mar del Plata vive un verano casi inédito por la
seguidilla de días soleados y, en las últimas jornadas, un clima con
temperaturas altas. El pico se dio anteayer, con marcas de hasta 35 grados y
sensación térmica por encima de los 37 grados. Le alcanzó para ser el día más
caluroso de febrero y solamente fue superado por los registros del pasado 6 de
enero, cuando el mercurio trepó a 37°8. Ayer, de la mano de una brisa mucho más
intensa, las marcas no avanzaron más allá de los 29 grados y generaron
condiciones óptimas para poder disfrutar en los balnearios.
Desde la última quincena de 2011 hasta estos días las
lluvias son mínimas. El acumulado apenas supera los 40 milímetros y en pequeños
chaparrones, con lo cual casi no hubo jornada que el mal tiempo impidiera
disfrutar de un día de playa.
A este fenómeno se suma una mayor temperatura del agua de
mar, que desde el sábado está entre 21 y 22 grados, un par de grados por encima
del promedio histórico para la época y suficiente como para que los bañistas
comenten que la sienten "tibia".
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