Los desastres climáticos, como
la sequía, las inundaciones, los ciclones y los incendios, son más frecuentes e
intensos bajo el efecto del calentamiento global provocado por la actividad
humana, una tendencia que puede agravarse, advierte un informe de la ONU sobre
el clima.
En cualquier caso, el impacto
del calentamiento climático en estos fenómenos depende de su naturaleza y de
las diferentes regiones, ya que es muy desigual.
Además el nivel de confianza
de las previsiones de los especialistas varía según la cantidad y la calidad de
los datos disponibles.
Pero cientos de científicos
que redactaron este informe para el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre
el Cambio Climático (IPCC, por su acrónimo en inglés), y del que la AFP obtuvo
una copia, son formales: los fenómenos climáticos extremos serán más marcados y
frecuentes durante las próximas décadas, lo que aumenta el peligro para los
habitantes del planeta.
"Es el mayor esfuerzo
jamás realizado para evaluar la forma en la que los extremos están
cambiando", asegura Neville Nicholls, profesor de la universidad Monash de
Melbourne y coordinador de uno de los capítulos de este informe que aún puede
ser revisado por la ONU durante una reunión en Kampala, antes de su
publicación, programada el 18 de noviembre.
Una publicación que coincide
con una serie de catástrofes naturales devastadoras que suscitan numerosos
interrogantes y mucha inquietud.
En 2010, las temperaturas
récord favorecieron los incendios que asolaron los bosques de Siberia, mientras
Pakistán e India sufrían inundaciones sin precedentes.
Este año Estados Unidos
registró a su vez un número récord de desastres, desde las crecidas del
Misisipi y del Misuri hasta el huracán Irene, pasando por una sequía terrible
que afecta actualmente a Texas.
Regiones enteras de China
sufrieron intensas sequías mientras lluvias torrenciales barrían América
Central y Tailandia.
La cuestión es saber si se
trata de desarreglos meteorológicos o más bien de consecuencias profundas del
calentamiento global.
La mayoría de estos fenómenos
están ligados estrechamente a las consecuencias del calentamiento climático
inducido por la actividad humana: subida de la temperatura, mayor volumen de
agua en la atmósfera y de la temperatura en la superficie oceánica. Todos estos
factores propician los fenómenos meteorológicos extremos.
Según el informe, basado en
cientos de estudios publicados durante los últimos años, es "prácticamente
seguro" (entre un 99% o 100%) que la frecuencia y la magnitud del récord
de calor diario aumente a escala planetaria durante el siglo XXI.
También es "muy probable"
(90% a 100%) que la duración, la frecuencia y/o la intensidad de las olas de
calor sigan en aumento en la mayoría de las regiones.
Los picos de temperatura
aumentarán "probablemente" (66% a 100% de certeza) con relación al
final del siglo XX, hasta 3°C antes de 2050 y hasta 5°C antes de 2100.
Numerosas zonas,
particularmente los trópicos y las altas latitudes, experimentarán probablemente
lluvias y nevadas más intensas. Paralelamente, las sequías empeorarán en otros
lugares del planeta, sobre todo en el Mediterráneo, en Europa Central, en
América del Norte, en el nordeste de Brasil y en África Austral.
La subida del nivel del mar y
de su temperatura también incrementará la capacidad destructiva de los ciclones
y el deshielo de los glaciares y del permafrost, junto con precipitaciones más
abundantes, corre el riesgo de aumentar los desprendimientos de terreno,
explica el IPCC.
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