Lo sucedido en la comunidad de Playa Vainilla y sus alrededores alcanzó en sólo unas horas tintes casi apocalípticos, con la sorprendente crecida del río Atoyac que ha dejado a su paso un escenario de muerte, dolor y llanto, grave destrucción en plantíos y pérdidas materiales cuantificadas en varias decenas de millones de pesos.
Y es que el río Atoyac, cuyo cauce normalmente no supera los 80 metros de ancho y 1 de profundidad, con las aguas que trajo Karl creció durante la madrugada de este sábado a más de 300 metros de anchura y una altura superior a los 35, algo nunca visto y ni siquiera imaginado.
Al amanecer Playa Vainilla había desaparecido, el agua se llevó al menos 20 casas por completo y a otras tantas las sepultó con lodo y piedra. Caminar por el lugar era toda una odisea, el fango estaba fresco y las piernas se hundían hasta las rodillas, además había que cuidarse de no tropezar con los techos de lámina de aquellas casas que se encontraban bajo tierra.
Del otro lado de la rivera se podían observar más hogares dañados, los primeros reportes indican que no menos de 100 viviendas sufrieron severos daños a lo largo del caudal que atraviesa Carrillo Puerto.
Ni un árbol quedó de pié a lo ancho de 300 metros sobre uno de los costados del río Atoyac. Entre las ramas de algunos de ellos se apreciaban las ropas y cobijas de los pobladores que alcanzaron a escapar de la pesadilla. No así la familia Moreno Juárez quienes se atrevieron a desafiar la fuerza de la naturaleza, y lamentablemente han pagado caro su osadía.
La menor de las mujeres quedó enterrada mientras dormía en la cama de su cuarto, y su madre yacía a unos 10 metros de su humilde hogar ya que la fuerza del agua la arrastró por una de las ventanas y la hizo encallar entre las ramas de un árbol. El papá y dos hermanas más de esta familia están desaparecidos, en un principio se supuso que pudieron haberse salvado, pero la noticia de la aparición de más cuerpos río abajo, hacen temer que corrieron la misma suerte.
En casas contiguas, donde los moradores fueron evacuados, de sus pocas pertenecías nada se salvó, en una de ellas se observaba el refrigerador entre las láminas de techo. Hay animales muertos por donde quiera que uno pudiera voltear, dos camionetas están enterradas, televisores viejos, camas, colchones, estufas y más están esparcidas por toda la zona, toda una tragedia.
Los plantíos de caña, limón y maíz también ya no existen, el presidente municipal ha dicho que a simple vista más de 100 hectáreas de cultivos fueron borrados por el agua y el viento
Ahí, el alcalde Álvaro Cruz Moreno, aseguró que una noche antes se alertó a los pobladores de la zona sobre el peligro que corrían, por lo que muchos de ellos atendieron el llamado y abandonaron lo que hoy pudieron haber sido sus tumbas.
Los plantíos de caña, limón y maíz ya no existen, el presidente municipal ha dicho que a simple vista más de 100 hectáreas de cultivos fueron borrados por el agua y el viento.
"Nunca en la historia de Carrillo Puerto habíamos visto algo así, el río acabó con casas, autos, reses, maíz, limón y desafortunadamente sorprendió a una familia que se confió, afortunadamente las demás personas fueron evacuadas, esto es una desgracia total", comentó la autoridad municipal.
En otro punto de Carrillo Puerto, el sueño del progreso por el cual los pobladores de lucharon durante décadas, hoy no existe más.
Del puente que comunica las comunidades Palo Amarillo y Meyales con la cabecera municipal, simplemente no queda más que el recuerdo de su inauguración aquel 11 de octubre del 2009.
La obra de 105 metros de largo que se realizó con una inversión de 12.5 millones de pesos, fue completamente arrasado por la fuerza del agua del río Atoyac.
Con esto más de 3 mil personas de 30 comunidades están completamente incomunicadas, y por esta razón no se sabe qué suerte corrieron durante el paso del huracán Karl que por esta región cruzó a las 0:50 horas, según reportes de las autoridades municipales.
"Hasta la cabecera municipal (a unos 15 kilómetros) se escuchaba la fuerza del agua y de pronto se oyó un fuerte estruendo", dijeron los pobladores del centro de Carrillo Puerto, al oír justo el momento en que el puente se vino abajo.
A lo largo del río, los árboles de gran altura eran arrastrados por el caudal como si de palitos de paletas se tratara, "esto es algo increíble, es lo peor que yo he visto, y este puente por el que luchamos durante años bastó unos instantes para que se derrumbara junto con nuestros sueños", dijo en el sitio del derrumbamiento don Pánfilo López, quien no daba crédito a lo que veían sus ojos.
"Esperamos el apoyo del Gobernador y ojalá nos puedan considerar en el Fonden (Fondo de Desastres Naturales)", dijo ahí Cruz Moreno, quien terminó su recorrido en otros puntos donde también hubo afectaciones.
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