Ginebra,- El riesgo de morir a causa de un huracán o de una inundación es menor que hace veinte años, pero los daños materiales provocados por los desastres naturales van en aumento y cada vez pesan más sobre las economías, sobre todo de los países más pobres.
A esta conclusión llega un estudio hecho público hoy y que guiará los debates de la Tercera Conferencia Global sobre la Reducción de Desastres que inaugura hoy en Ginebra el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
Durante los cuatros días que durará la reunión, en la que participan 2.000 representantes de gobiernos, organizaciones científicas y de la sociedad civil, se analizarán las recientes catástrofes en el mundo, incluidos el terremoto, el tsunami y la crisis nuclear de Japón, así como las lecciones que éstas han dejado y la manera de mejorar los sistemas de prevención existentes.
El informe de Naciones Unidas señala que las probabilidades de morir en un desastre meteorológico, como ciclones o inundaciones, está bajando por primera vez en todo el mundo, sobre todo en partes de Asia, donde se concentra gran parte del riesgo.
La evolución en Asia se debe, por una parte, a una mejora en las condiciones de vida en varios países y, por otra, a una mayor atención a las medidas de prevención y respuesta en casos de catástrofes, y, en algunos casos, a la puesta en marcha de sistemas de alerta temprana, como indicó en una rueda de prensa el coordinador del estudio, Andrew Maskrey.
Todo ello explica que, aún cuando más y más personas viven en zonas de riesgo, como aquellas susceptibles de sufrir inundaciones o que están en las rutas de los huracanes, la mortalidad esté bajando.
Una excepción a esta tendencia son los terremotos, pues este es el único caso en el que se ha observado un aumento de la mortalidad.
"Una de las razones es que el 90 % de las muertes ocurre en los primeros 15 a 30 segundos del terremoto y no existe un sistema de alerta que pueda anticiparlo", explicó Maskrey.
Por otra parte, la investigación corrobora que los desastres se ceban con las economías nacionales, de manera más dramática cuanto más pobre es el país.
Los países de ingresos bajos y medios no cuentan con mecanismos financieros de emergencia para hacer frente a la destrucción de sus infraestructuras públicas y de la propiedad privada a causa de un desastre natural.
"La penetración de las compañías de seguros en los países en desarrollo es extremadamente baja, alrededor del 10 % del total", sostuvo Maskrey, especialista del Organismo para la Reducción de Desastres de la ONU.
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