No se alarme. La idea de este fascículo no es acabar con su tranquilidad o generar un falso temor, es incentivarlo para que desarrolle la cultura de la prevención frente a la amenaza de los desastres naturales. La clave es convencerse de que si está preparado, está en capacidad de reducir los efectos del desastre.
Esto es más urgente en un país vulnerable al riesgo sísmico y volcánico, como Ecuador. A veces pensamos que la posibilidad de un terremoto es lejana, sin darnos cuenta que puede estar a la vuelta de la esquina.
En ese sentido, es importante que esté listo para saber cómo actuar si hay un terremoto, un sismo o la erupción de un volcán. En esos momentos, las realidades son diferentes y las reacciones también, aunque hay principios universales, como mantener la calma y dirigirse a zonas seguras, que prevalecen. En la familia alguien debe liderar la organización, a esa persona hay que identificarla con anticipación.
Es indispensable que en su casa arme un banco de información sobre los miembros de su familia. Las características físicas y un elemental perfil psicológico de cada uno. Además, el detalle de las enfermedades que padecen y los medicamentos que consumen. Esos datos deben estar recogidos en fichas, que además deben registrar la edad y la profesión de la persona. Esto dará importantes pistas a los socorristas, a la hora de brindar los primeros auxilios. También hay que trazar rutas de evacuación para llegar a sitios seguros y establecer puntos de encuentro, en caso de que tengan que salir apresurados de la vivienda.
Y para complementar el protocolo de reacción, cada miembro de la familia debe saber cuáles son sus responsabilidades. Unos tendrán que llevar la mochila con los alimentos básicos, otros se harán cargo de trasladar el agua embotellada y otros se preocuparán de ayudar a las personas de la tercera edad y a los niños. Esa organización facilitará la movilización de la familia.
Un plan familiar para emergencias es vital. Hay que empezar identificando las amenazas. Lo importante es definir qué se puede hacer para reducir el peligro, y los recursos disponibles. El plan de acción es indispensable, para saber cómo actuar antes, durante y después del desastre.
No se puede elaborar ningún plan de acción, si los involucrados no están capacitados para ello. Hay información básica que debe manejar cada uno. No está por demás recibir un curso de primeros auxilios.
La evacuación es, talvez, uno de los momentos de mayor tensión y pánico entre la familia, por eso, esto lo debe liderar el que pueda mantener la calma. Un simulacro de evacuación tiene muchas ventajas. La primera es que permite comprobar si las acciones planificadas son eficientes. Además, ayuda a corregir errores y a ajustar el plan.
Las inundaciones también son amenazas frecuentes. Nos ha ocurrido que salimos de la casa o de la oficina con cielo despejado y sol, y en cuestión de horas empieza el aguacero. Las calles se inundan y el gua entra a las edificaciones. El problema se agrava cuando los ríos se desbordan.
En estos casos también hay que saber actuar. Como los desastres naturales llegan sin anunciar, es indispensable tener en la casa una mochila con alimentos no perecibles. La fecha de caducidad se debe revisar con frecuencia, para que esta medida de prevención resulte útil.
No está descartado que una persona tenga que afrontar un desastre natural en la calle, mientras camina o conduce. Lo importante es identificar sitios seguros para refugiarse. ¿Cómo saber si un lugar es seguro? esa respuesta la ayudarán a encontrar los socorristas, por ello es importante que se de tiempo para acudir a la estación de bomberos más cerca para pedir ayuda. Una reunión es suficiente para conocer lo básico.
El tema de la prevención también se debe pensar en comunidad. Si en su barrio o en el sector donde trabaja los cables de luz están hechos una maraña en los postes, es hora de que empiece a tomar medidas para evitar que eso se convierta en un peligro. Busque asesoría para encontrar alternativas. Si usted no asume esta responsabilidad, otros posiblemente tampoco lo hagan.
En fin, la prevención demanda de una decisión personal, en primera instancia. El tema de fondo es prepararse para afrontar un desastre natural que, incluso, podría no ocurrir. Pero eso le brindará una tranquilidad invalorable, más aún si tiene en cuenta que está de por medio su vida y la de sus seres queridos, ellos le agradecerán.
En las siguientes páginas encontrará una hoja de ruta inicial. Lo ideal sería que usted dé el primer paso.
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