La erupción del volcán Puyehue se suma a una larga lista de catástrofes que azotan al país andino
Chile tiene la economía más desarrollada de América Latina y el nivel de ingresos más alto de la región. Pero, a pesar de sus fortalezas, hay un área en el que la nación sudamericana pareciera ser la más desafortunada: las catástrofes naturales.
Solamente en los últimos dos años, el país sufrió un devastador terremoto, un fuerte tsunami y, ahora, padece las consecuencias por la erupción de un volcán.
Pero no se trata de hechos inusuales: en el último medio siglo Chile ha sufrido una seguidilla de desastres naturales.
El más fuerte se dio el 22 de mayo de 1960, cuando el país registró lo que aún sigue siendo el mayor sismo en la historia de la humanidad.
El llamado "Gran Terremoto de Chile", cuyo epicentro se localizó en la ciudad de Valdivia, en el sur del país, midió 9,5 grados en la Escala de Richter.
El movimiento telúrico generó un tsunami que arrasó con varias poblaciones costeras e incluso provocó víctimas del otro lado del Pacífico, en Japón, Hawaii y Filipinas.
Más de 2.000 personas perdieron la vida como consecuencia del temblor, y el sur del país quedó devastado.
Tierra de sismos
El terremoto de 1960 fue el más intenso, pero no fue el primero ni tampoco el último en azotar a Chile.
El país es uno de los más proclives del mundo a sufrir temblores, debido a que está en el llamado Cinturón de fuego del Pacífico y gran parte de su territorio está expuesto al constante choque de la placa tectónicas de Nazca y la placa Sudamericana.
Desde aquel sismo, al menos otros 18 sacudieron la tierra en diversas partes del país, con cientos de réplicas que les siguieron.
En 1985, el llamado Terremoto de Santiago midió 8,0 grados y dejó 177 muertos.
Pero el temblor más fuerte de los últimos 50 años ocurrió el 27 de febrero de 2010, cuando un sismo de 8,8 grados sacudió al país por casi tres minutos, y generó un tsunami que causó más de 500 muertos.
El siniestro afectó algunas de las regiones más pobladas del país, incluyendo la capital, Valparaíso, Maule y Biobío, y arrasó con ciudades como Concepción y Constitución.
Incluso llegó a sentirse a miles de kilómetros, en las vecinas Argentina y Brasil.
Después del sismo, el volcán
Menos de un año y medio después, Chile está lidiando nuevamente con un desastre natural. Esta vez un volcán en erupción, que obligó a evacuar a unas 4.000 personas.
Pero el Puyehue, que desde el 4 de junio emite largas nubes de ceniza que han paralizado el tránsito aéreo en varias partes de la región, no es el único volcán que entró en actividad en los últimos años.
En mayo de 2008, otro volcán, el Chaitén, también llenó de cenizas las zonas vecinas y obligó a la evacuación de unas 6.000 personas de los pueblos de Futaleufú y Chaitén.
Esta última localidad incluso debió ser abandonada y refundada a 10 kilómetros de su ubicación original.
Según el geólogo Andrés Folguera, el Puyehue y el Chaitén fueron los más conocidos pero no lo únicos volcanes que entraron en erupción recientemente en Chile.
"Varios de los cerca de 100 volcanes activos que tiene Chile entraron en actividad en los últimos 50 años, pero no se hizo conocido porque ocurrió en regiones remotas y porque los volcanes no generaron cenizas y por ende no provocaron trastornos en la región ni recibieron la atención de los medios", señaló el experto, presidente de la Asociación Argentina de Geología.
Vinculados
Folguera dijo a BBC Mundo que existen estudios que demuestran que no es casual que esté habiendo una erupción volcánica a poco de un gran sismo.
"Investigadores internacionales llegaron a la conclusión de que suele haber actividad volcánica en un lapso de uno a tres años después de un terremoto", afirmó.
El especialista consideró particularmente notable el caso del Puyehue, ya que el mismo volcán entró en erupción en 1960, a poco del Gran Terremoto de Chile.
Si un terremoto fuerte puede desencadenar un tsunami y además una erupción volcánica, ¿significa esto que Chile está condenado a sufrir una trágica seguidilla de catástrofes?
"Los eventos naturales no se pueden evitar, pero a través del monitoreo sí se puede prevenir que se conviertan en una catástrofe humana", afirmó Folguera.
Como ejemplo, el experto citó la evacuación preventiva de los distritos cercanos al Puyehue, luego de que las autoridades emitieran un alerta roja por la actividad sísmica en la zona del volcán.
"Fue la primera vez que las autoridades chilenas pudieron anticipar una erupción", destacó el geólogo.
Para Folguera, Chile no sufre ninguna "maldición" por padecer tantos embates naturales.
"Países como Japón y Nueva Zelanda tienen características parecidas, y son un ejemplo de cómo con la tecnología, la construcción de edificios antisísmicos y un buen trabajo de prevención y asistencia es perfectamente posible vivir allí, a pesar de la naturaleza del lugar", aseguró.
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