La central de Fort Calhoun, a 30 escasos kilómetros de la ciudad de Omaha, fue apercibida hace un año por su insuficiente protección ante las inundaciones. Su único reactor permanece apagado desde hace dos meses para la recarga de combustible. La puesta en funcionamiento fue retrasada precisamente por un incendio en su propio sistema eléctrico el pasado mes de junio.
La central nuclear de Cooper, al sureste de Nebraska y en la línea divisoria con Iowa, está sin embargo activa al 100%, pese a que el agua está a menos de 40 centímetros del nivel considerado máximo para decretar el cierre temporal por inundación. La máxima autoridad nuclear lo considera como un "evento inusual", pero no hasta el punto de disparar la alarma.
Aunque las lluvias en la cuenca del Misuri podrían agravar la situación en las dos centrales, el portavoz de la CRN, Viktor Dricks, ha asegurado que "se han tomado todas las precauciones necesarias para afrontar las condiciones de inundación". El Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Tierra está intentando controlar la crecida con los sistemas de canalización y presas del Misuri -el río más largo de EEUU- pero todos los intentos han sido hasta infructuosos.
En el caso de Fort Calhoun, a 20 minutos de la ciudad más poblada del estado, el nivel del agua, en este caso, ha superado ya en 30 centímetros el máximo de seguridad. Aunque la central está 'apagada', la preocupación se ha extendido a las 165 toneladas de combustible usado, encapsulado y almacenado en seco en la propia central nuclear.
Inundación catastrófica
Los inspectores de la Comisión Regulatoria Nuclear detectaron el año pasado serias carencias en la protección contra inundaciones y 'castigaron' a la central con dos advertencias amarillas (el segundo color por el orden de gravedad, detrás del rojo). En marzo pasado, la planta aseguró haber reforzado y ensayado las nuevas medidas de seguridad "ante el suceso improbable de una inundación catastrófica".
En junio, un pequeño incendio dejó sin electricidad la planta nuclear. Durante más de 90 minutos, los sistemas de refrigeración del combustible no funcionaron, aunque los responsables de la central aseguran que contaban con un margen de hasta 88 horas para reparar la avería sin riesgos.
Tras el accidente de la central de Fukushima, la CRN está realizando una nueva evaluación de los 104 reactores nucleares de Estados Unidos, ante la eventualidad de terremotos, huracanes, inundaciones, sequías extremas y tornados. Al menos una veintena de los reactores se encuentran en zonas de alto riesgo de desastres naturales, como Luisiana y Florida, donde los reactores han sido apagados en varias ocasiones en prevención de huracanes.
La central de Waterford, en las inmediaciones de Nueva Orleans, fue construida una zona de alto riesgo de inundación en el delta del Misisipí y fue cerrada temporalmente como consecuencia del paso del huracán Katrina, aunque ha vuelto a funcionar con normalidad.
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