La base que el país carioca
tenía en la Antártida sufrió un siniestro, dañándolo en un 70 % y destruyendo
"todo el bloque principal" donde se desarrollaban investigaciones
biológicas y de ciencias en la atmósfera.
Brasil • El incendio que este
sábado arrasó la base antártica de Brasil supone un revés para las
investigaciones del país sobre el impacto de la acción humana en el medio
ambiente y la comprensión de las relaciones entre el continente blanco y el
resto del planeta.
El Gobierno se ha comprometido
a reconstruir la base donde trabajaban cerca de 60 personas, entre científicos
y militares, pero esa tarea puede tardar unos dos años, según el ministro
brasileño de Defensa, Celso Amorim, mientras los científicos han señalado que
los equipamientos y parte de los datos colectados en los últimos meses se
perdieron.
El director del centro polar y
climatológico de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul, Jefferson Simoes,
explicó que el programa antártico brasileño tiene como objetivo "entender
las relaciones ambientales" del continente blanco con el país.
Para Simoes, el programa
antártico tiene también utilidad para romper algunos mitos instalados en la
mentalidad brasileña como las características tropicales de un país aislado de
las catástrofes naturales que suceden en el planeta.
"No podemos vivir más el
mito del Brasil tropical. No es un país aislado, está todo
interrelacionado", dijo Simoes, considerado uno de los principales especialistas
de Brasil en la Antártida.
El experto explicó que el
incendio, que el sábado arrasó el 70 % de las instalaciones de la Estación
Antártica Comandante Ferraz, ubicada en la isla del Rey Jorge, destruyó
"todo el bloque principal" donde se desarrollaban investigaciones
biológicas, de ciencias de la atmósfera y geofísica.
El siniestro, en el que
murieron dos militares y sufrió heridas un tercero, se declaró en una sala de
máquinas donde se alojaban los generadores de energía de la base por causas
todavía sin esclarecer.
El Ministerio de Ciencia,
Tecnología e Innovación destacó mediante un comunicado que la estación alberga
"investigadores que realizan estudios sobre los efectos del cambio
climático en la región y sus consecuencias para el planeta".
Según la ONG Contas Abertas,
que vela por la transparencia de los recursos públicos, el presupuesto de 2012
prevé la menor partida de los últimos siete años para las investigaciones en el
continente blanco.
La ONG señaló hoy que el
presupuesto para la misión en la Antártida, que en 2010 fue de 27,4 millones de
reales (unos 16 millones de dólares de hoy), bajó este año a 11,8 millones de
reales (unos 6,9 millones de dólares).
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