Los expertos descartan que el avispón asiático sea un peligro en la región
La Comisión Europea ha manifestado su preocupación por un problema que trae en jaque a los productores apícolas en los últimos años. Se trata del descenso inexplicado del número de abejas en sus colmenas, con numerosas pérdidas en producción y muchos más costes de reposición. Según ha denunciado la Asociación de Apicultores Salmantinos, la provincia -la primera productora nacional de polen y la cuarta de miel-, sufre este problema de forma agravada, de manera que las colmenas pierden entre el otoño y el invierno cerca del 40% de sus individuos.
El consultor apícola Antonio Gómez Pajuelo, destacaba que Salamanca «es una de las zonas más afectadas por este problema que se deriva de una concatenación de factores, pero que tiene en el cambio climático una de sus causas más fuertes». Además, en Salamanca se agrava un problema común que es la falta de alimentación de las abejas en otoño e invierno, por culpa de los cambios en la floración. «En los últimos años, hemos visto cómo la abeja de otoño no nace bien, porque no puede alimentarse y eso hace que lleguemos al invierno con abejas todavía de verano, que a la fuerza no pueden sobrevivir y que se traduce en una pérdida de individuos muy alta en las colmenas».
Esfuerzos de reposición
Para Gómez Pajuelo, esta situación lleva a que mientras la pérdida habitual por causas naturales se establece en este periodo en el 10% de abejas por colmena, los apicultores salmantinos tienen que hacer frente a pérdidas de entre el 40% y el 55% de los individuos, por lo que «se ven obligados a hacer esfuerzos muy grandes de reposición y sobrealimentación de las abejas, porque de lo contrario, con una infraestructura ya montada para una producción estimada en las colmenas, se verían abocados a una situación auténticamente ruinosa».
En toda España hay algo más de dos millones de colmenas, de ellas unas 360.000 están en Castilla y León y de estas, 250.000 en la provincia de Salamanca. En tierras salmantinas se produce algo más del 15% de miel, el 40% del polen de toda España y el 10% de cera.
Cifras que dan cuenta de la relevancia de un sector que, sin embargo, no ha dejado de acumular pérdidas en los últimos años. Además de la incidencia de los factores meteorológicos, los productores también consideran que gran parte de culpa de la pérdida de abejas se debe a las condiciones fijadas por la Junta para conceder a las explotaciones las ayudas agroambientales.
Así, en estos momentos los apicultores, la mayoría de ellos con explotaciones nómadas en función de la época del año, se ven obligados a permanecer con las colmenas en Castilla y León seis meses como mínimo, lo que supone mantener las colmenas fuera de los periodos de floración y por tanto, mayores dificultades para el mantenimiento de los individuos.
Además de estos problemas, el sector mira con inquietud la proliferación de la 'Vespa velutina', el llamado 'avispón asiático'. Un insecto del doble del tamaño de una avispa normal que se alimenta en el 80% de abejas y que ya ha aparecido en el País Vasco.
Sin embargo, Antonio Gómez Pajuelo destaca que esta avispa requiere unas condiciones naturales determinadas, ya que anida en grandes estructuras para 1.500 individuos, que requieren para su fabricación grandes cantidades de celulosa y por tanto, solo puede subsistir en zonas de bosques de ribera y climas húmedos.
Por eso, los expertos descartan de momento que en las principales zonas productoras de Castilla y León pueda introducirse esta especie, originaria de Japón. «O cambia totalmente sus costumbres o es imposible que prolifere en los encinares», explicó Gómez Pajuelo.
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