Barcelona/Figueres (Girona).-
Los dos incendios registrados desde ayer en el Alt Empordà (Girona), que han
causado cuatro víctimas mortales, se mantienen aún activos, especialmente el de
La Jonquera, que arde sin control, aunque la tramontana ha dado una tregua y ha
permitido que se incorporen los medios aéreos.
Pese a que el incendio de
Portbou, el más pequeño de los dos, ya ha sido controlado, sus efectos han sido
los más trágicos, ya que hoy ha fallecido en el hospital uno de los heridos que
sufrió quemaduras graves por el fuego, por lo que se elevan a cuatro las
víctimas mortales de este incendio.
Según ha desvelado hoy el
conseller de Interior, Felip Puig, los dos incendios están relacionados con
imprudencias humanas, ya que el de Portbou, que se inició junto a una
carretera, prendió debido a una colilla de cigarrillo, mientras que el de La
Jonquera arrancó en un aparcamiento de camiones.
El incendio de La Jonquera,
que sigue descontrolado y ardiendo de forma virulenta, ha arrasado ya unas
13.000 hectáreas de 17 municipios del Alt Empordà, con un perímetro de hasta 63
kilómetros, por lo que es el más importante de los últimos años en Cataluña, lo
que ha llevado al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, a suspender un
viaje oficial a Chipre para desplazarse a la zona.
Este incendio, que ha dejado
sin suministro eléctrico a varias localidades de la zona, ha obligado a que hoy
sigan confinados los vecinos de los municipios de Darnius, Terrades y La Vajol
y ha provocado que, en determinados momentos, se haya tenido que cortar el
tráfico en la AP7 en sentido Barcelona a la altura de Agullana.
Además, unas 600 personas, la
mayoría turistas y entre ellos 150 niños alemanes, están refugiados en el
cámping de Albanyà, donde se han quedado por seguridad.
De hecho, unas 1.300 personas
han pasado la noche fuera de sus casas en los centros de acogida abiertos en
diversos municipios del Alt Empordà, donde se han alojado en pabellones deportivos,
centros sociales y en la base militar de Sant Climent Sescebes tras ser
desalojados debido al fuego.
Por los incendios del Alt
Empordà ocho personas siguen hospitalizadas a causa de las heridas sufridas,
cuatro de ellas en el Hospital Vall d'Hebron y otros cuatro en el Josep Trueta
de Girona.
Según han informado a Efe
fuentes sanitarias, dos de los fallecidos y tres de los heridos en el incendio
de Portbou son miembros de una misma familia de nacionalidad francesa.
De los cinco miembros de la
familia, el padre, de 60 años, y una hija de 15, fallecieron ayer en Portbou al
tirarse al mar por un acantilado cuando trataban de huir de las llamas, que les
sorprendieron cuando circulaban por la carretera N-260, que serpentea por la
costa.
La madre y otros dos hijos
resultaron heridos, y por el tipo de lesiones que presentan, todo apunta a que
los cinco miembros se tiraron por el acantilado para evitar el fuego.
La mujer, de 42 años, está
ingresada en estado grave en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital
Josep Trueta de Girona, mientras que en la UCI pediátrica de este centro se
encuentra su hijo de nueve años.
En el mismo hospital también
está ingresada otra hija del matrimonio de 18 años, que se encuentra en
observación y cuya recuperación es satisfactoria.
Los otros dos fallecidos son
un hombre, que sufrió un ataque al corazón y otra persona que fue hallada con
quemaduras muy graves en una carretera y que ha fallecido hoy.
Más de un millar de personas,
entre bomberos, militares, policías, agentes rurales y voluntarios, están
luchando contra el fuego, que sigue descontrolado.
Los bomberos han aprovechado
la tregua que ha dado la tramontana y desde la primera hora de la mañana han
podido activar a una veintena de medios aéreos, que se han sumado a las 140
dotaciones terrestres que luchan para intentar controlar el incendio y, sobre
todo, tratar de evitar que las llamas salten a la Garrotxa, una zona montañosa
que dificultaría aún más los trabajos de extinción.
Además, a los 500 efectivos de
los Bomberos de la Generalitat se han sumado más de 200 militares de cuatro
secciones de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y un centenar de
voluntarios de las Agrupaciones de Defensa Forestal (ADF).
Asimismo, un total de 230
agentes de los Mossos d'Esquadra y casi 200 efectivos de la Guardia Civil y de
la Policía Nacional también participan en el operativo de extinción, de tráfico
y seguridad de la emergencia.
Otro centenar de técnicos y
voluntarios de la Cruz Roja y sanitarios del Sistema de Emergencias Médicas
trabajan también en la zona para atender a las personas afectadas y asistir a
los que están en primera línea de fuego.