El peor invierno altiplánico de
la última década causó un aluvión en Toconao, en el norte, arrasó viviendas,
cortó caminos, aisló turistas en el vecino San Pedro de Atacama, que no puede
mostrar sus atractivos turísticos como géiseres, salares, la laguna Cejar o el
famoso Valle de la Luna, informó el lunes la alcaldesa de San Pedro, Sandra
Berna.
En la cordillera de los Andes, a
la altura de Antofagasta, 1.370 kilómetros al norte de Santiago, al menos tres
minas reanudaron el lunes las faenas que interrumpieron por culpa de las
lluvias, incluidos dos yacimientos de la estatal Codelco, la mayor productora
mundial de cobre.
El aluvión de barro y piedras en
Toconao, 1.660 kilómetros al norte de Santiago, se registró poco antes de la
madrugada del lunes por el desborde de un tranque, y destruyó 15 viviendas, sin
ocasionar víctimas ni heridos, aunque socavó rutas, dañó vastos terrenos
agrícolas y convirtió en lodazales kilómetros de caminos que por ser arcillosos
no drenan el agua.
Se estima en unos 800 los
damnificados.
Toconao y San Pedro de Atacama se
ubican en la precordillera de la región de Atacama, en el desierto del mismo
nombre, el más seco del mundo.
Codelco informó en un comunicado
que en su mina Chuquicamata se reanudó parcialmente el lunes la producción del
turno A y las plantas, y que se esperaba restablecer la normalidad en el
segundo turno, dependiendo de las condiciones climáticas. En Radomiro Tomic se
paralizaron las faenas en el rajo de la mina por el riesgo en el desplazamiento
de vehículos y equipos. La actividad se reanudaba por la tarde. No se aludió a
las pérdidas.
Luis Salazar, de la Dirección
Meteorológica, pronosticó que las lluvias proseguirán durante toda la semana,
aunque con menor intensidad en comparación a los últimos días.
Las condiciones climáticas
también provocaron cortes de energía eléctrica y alteraron las comunicaciones
telefónicas.
El vecino San Pedro de Atacama,
un poblado que anualmente atrae en enero y febrero a miles de turistas locales
y extranjeros, tiene sus calles convertidas en barriales que dificultan
caminar, y más aun trasladarse en vehículos sin tracción permanente.
"No queremos que los
turistas salgan a pasear porque no sabemos lo que puede pasar", declaró la
alcaldesa Berna a radio Cooperativa.
La televisión estatal mostró
decenas de turistas caminando entre el barro, a otros empapados y con cara de
poco resignados.
"En el poblado de San Pedro
de Atacama en este minuto tenemos una situación de relativa normalidad, todos
los sectores turísticos que la gente conoce que están hacia el sector
cordillerano, básicamente los Géiser del Tatio y las lagunas, están con
interrupción de ruta y sólo habilitados para vehículos 4 X 4", declaró a
la televisión estatal Irina Salgado, directora regional de la Oficina Nacional
de Emergencia del Ministerio del Interior, Onemi.
Los socavones en las rutas
impiden el movimiento de los autobuses con turistas, incluso a atractivos
cercanos.
El Valle de la Luna es el
principal atractivo de San Pedro, a 17 kilómetros del poblado, en la llamada
Cordillera de Sal, donde el viento ha esculpido a través de miles de años
formaciones rocosas de formas y colores atractivos, que se asemejan a la
superficie lunas, con lagunas secas y blancas, producto de la sal. Las
escultoras cambian de color a medida que avanza el día, por las distintas
intensidades del sol.
Las 3.000 camas de San Pedro de
Atacama están ocupadas, pero decenas de operadores turísticos temen que los
visitantes empiecen a abandonar la zona al estar prácticamente encerrados en el
pueblo, cuya gastronomía es otro punto de interés. Algunos ya empezaron el
éxodo.
"Molesta que tus vacaciones
se estropeen por la lluvia y en pleno desierto", dijo Marcelo Henríquez,
un turista chileno, al diario El Mercurio.
El subcomisario de San Pedro de
Atacama, Axel Guerrero, dijo que ha aumentado el caudal de los ríos. Sólo el
sábado cayeron 40 milímetros de agua, por lo que tres pasos fronterizos de la
zona están cerrados: Jama, Sico y Olague, además de la ruta internacional y
caminos locales.
El ministro del Interior, Rodrigo
Hinzpeter, envió a San Pedro a sus colegas de Economía, Pablo Logueira, y de
Desarrollo Social, Joaquín Lavín, para atender en terreno las necesidades de
los afectados por el aluvión, al casi millar de damnificados, y a los
operadores turísticos.
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