13 feb 2012

Aluvión arrasa casas y caminos en zona turística chilena


El peor invierno altiplánico de la última década causó un aluvión en Toconao, en el norte, arrasó viviendas, cortó caminos, aisló turistas en el vecino San Pedro de Atacama, que no puede mostrar sus atractivos turísticos como géiseres, salares, la laguna Cejar o el famoso Valle de la Luna, informó el lunes la alcaldesa de San Pedro, Sandra Berna.
En la cordillera de los Andes, a la altura de Antofagasta, 1.370 kilómetros al norte de Santiago, al menos tres minas reanudaron el lunes las faenas que interrumpieron por culpa de las lluvias, incluidos dos yacimientos de la estatal Codelco, la mayor productora mundial de cobre.
El aluvión de barro y piedras en Toconao, 1.660 kilómetros al norte de Santiago, se registró poco antes de la madrugada del lunes por el desborde de un tranque, y destruyó 15 viviendas, sin ocasionar víctimas ni heridos, aunque socavó rutas, dañó vastos terrenos agrícolas y convirtió en lodazales kilómetros de caminos que por ser arcillosos no drenan el agua.
Se estima en unos 800 los damnificados.
Toconao y San Pedro de Atacama se ubican en la precordillera de la región de Atacama, en el desierto del mismo nombre, el más seco del mundo.
Codelco informó en un comunicado que en su mina Chuquicamata se reanudó parcialmente el lunes la producción del turno A y las plantas, y que se esperaba restablecer la normalidad en el segundo turno, dependiendo de las condiciones climáticas. En Radomiro Tomic se paralizaron las faenas en el rajo de la mina por el riesgo en el desplazamiento de vehículos y equipos. La actividad se reanudaba por la tarde. No se aludió a las pérdidas.
Luis Salazar, de la Dirección Meteorológica, pronosticó que las lluvias proseguirán durante toda la semana, aunque con menor intensidad en comparación a los últimos días.
Las condiciones climáticas también provocaron cortes de energía eléctrica y alteraron las comunicaciones telefónicas.
El vecino San Pedro de Atacama, un poblado que anualmente atrae en enero y febrero a miles de turistas locales y extranjeros, tiene sus calles convertidas en barriales que dificultan caminar, y más aun trasladarse en vehículos sin tracción permanente.
"No queremos que los turistas salgan a pasear porque no sabemos lo que puede pasar", declaró la alcaldesa Berna a radio Cooperativa.
La televisión estatal mostró decenas de turistas caminando entre el barro, a otros empapados y con cara de poco resignados.
"En el poblado de San Pedro de Atacama en este minuto tenemos una situación de relativa normalidad, todos los sectores turísticos que la gente conoce que están hacia el sector cordillerano, básicamente los Géiser del Tatio y las lagunas, están con interrupción de ruta y sólo habilitados para vehículos 4 X 4", declaró a la televisión estatal Irina Salgado, directora regional de la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior, Onemi.
Los socavones en las rutas impiden el movimiento de los autobuses con turistas, incluso a atractivos cercanos.
El Valle de la Luna es el principal atractivo de San Pedro, a 17 kilómetros del poblado, en la llamada Cordillera de Sal, donde el viento ha esculpido a través de miles de años formaciones rocosas de formas y colores atractivos, que se asemejan a la superficie lunas, con lagunas secas y blancas, producto de la sal. Las escultoras cambian de color a medida que avanza el día, por las distintas intensidades del sol.
Las 3.000 camas de San Pedro de Atacama están ocupadas, pero decenas de operadores turísticos temen que los visitantes empiecen a abandonar la zona al estar prácticamente encerrados en el pueblo, cuya gastronomía es otro punto de interés. Algunos ya empezaron el éxodo.
"Molesta que tus vacaciones se estropeen por la lluvia y en pleno desierto", dijo Marcelo Henríquez, un turista chileno, al diario El Mercurio.
El subcomisario de San Pedro de Atacama, Axel Guerrero, dijo que ha aumentado el caudal de los ríos. Sólo el sábado cayeron 40 milímetros de agua, por lo que tres pasos fronterizos de la zona están cerrados: Jama, Sico y Olague, además de la ruta internacional y caminos locales.
El ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, envió a San Pedro a sus colegas de Economía, Pablo Logueira, y de Desarrollo Social, Joaquín Lavín, para atender en terreno las necesidades de los afectados por el aluvión, al casi millar de damnificados, y a los operadores turísticos.

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