Europa, el norte de África y
parte de Asia son castigados por nevadas y frío extremo que han cobrado la vida
de casi 600 personas, han generado problemas de infraestructuras, transporte y
electricidad, situación que trae incertidumbre sobre los efectos del
calentamiento global.
Como es natural, el clima genera
debate. Los partidarios de la degradación del medioambiente afirman que se
trata de las consecuencias del cambio climático, causado por las emisiones de
países industrializados, mientras algunos científicos y organizaciones son
cautos y aducen que se debe investigar más y recabar datos.
La onda gélida afecta sobre
todo a la población de indigentes desde hace 15 días, que sacude especialmente
al centro y este de Europa: Italia, Alemania, Suiza, Francia, Rusia, los
Balcanes, Rumania, Bulgaria y Grecia.
La portavoz de la Organización
Meteorológica Mundial (OMM) informó que se han roto “récords negativos en
algunas zonas, como en Ucrania, lo que es muy raro y ocurre una vez en cada
generación”.
Al mismo tiempo, la OMM
asegura que las extremadas bajas temperaturas que azotan Europa desde hace dos
semanas son un fenómeno “destacado”, pero “no inusual ni excepcional” en
invierno.
“Este fenómeno no es inusual,
es parte de las extremas manifestaciones en el invierno del hemisferio norte”,
afirma el director de la División de aplicaciones de datos de la OMM, Omar
Baddour.
De hecho, las temperaturas
registradas, si bien son muy bajas, no han batido récords históricos. “Hace 30
o 40 años estos fenómenos eran más frecuentes que actualmente, lo que pasa es
que ahora, cuando ocurren, son más fríos”, aclara Baddour.
El científico recordó que,
hasta la extrema caída de las temperaturas, este invierno estaba más caliente
de “lo normal”.
El fenómeno que experimenta
Europa este año se debe a una oscilación negativa del Ártico, lo que genera que
haya temperaturas muy bajas en el continente, pero bastante templadas en el
Ártico, según la OMM.
Esta oscilación permitió que
una ola de altas presiones provenientes de Siberia entraran por el noroeste y
se instalaran en el continente, lo que mantuvo las temperaturas gélidas y
bloqueó las tormentas marítimas y la masa de aire más templado que normalmente
sopla desde el Atlántico oeste al este.
“Lo que evidenciamos es una
serie de perturbaciones clásicas. Normalmente los vientos entran de oeste a
este y traen lluvias, pero no temperaturas tan bajas. Este año, el viento
siberiano viaja de norte a sur, por eso ha llegado a lugares como el norte de
África, y hace mucho frío porque ha bloqueado los vientos del oeste”, argumenta
Baddour.
Lo que es un poco más
extraordinario es el hecho de que el bloqueo de la masa de aire templado está
siendo considerablemente largo, pero incluso así no es una rareza para los
meteorólogos.
Según la OMM, una alta presión
similar ocurrió en el invierno del 2009-2010 en el hemisferio norte, cuando la
estación en su conjunto fue mucho más fría, desde principios de diciembre y
hasta finales de febrero, pero las temperaturas fueron menos extremas.
En ese invierno, se combinó la
entrada de una masa de altas presiones siberianas con el fenómeno el Niño, que
sucede cuando la superficie del océano Pacífico se calienta más de lo normal y
genera alteraciones climáticas.
Este año hay temperaturas
extremadamente bajas; no se ha detectado el Niño, pero sí un leve fenómeno de
la Niña, que ocurre cuando la superficie del océano Pacífico se enfría más de
lo usual, lo cual genera también cambios climáticos.
“Hay estudios que muestran la
relación entre la combinación de las oscilaciones del Ártico con el Niño y la
llegada de fuertes olas de frío. Actualmente, se abre una duda científica
respecto de si la combinación de las altas presiones más la Niña, también
pueden causar amplias olas de frío”, indica el científico.
“Tenemos que esperar al final
del invierno para poder dar respuesta a todas estas preguntas”, citó.
Respecto de si este fenómeno
podría incrementarse debido al calentamiento global, y generar inviernos más
fríos, Baddour expresa: “Hay una hipótesis que dice que si el Polo Norte
comenzara a deshacerse, cambiaría la salinidad de las corrientes del Golfo y
esto provocaría inviernos más fríos en Europa. Pero esto necesita confirmarse
con estudios científicos más sólidos que los que existen”.
Informe mundial
Uno de los últimos informes
del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, en
inglés) revela que algunas partes del mundo se convertirán en “lugares cada vez
más marginales y difíciles para vivir”. Ese documento, divulgado en noviembre
del 2011, fue revisado por científicos de todo el mundo y acordado por expertos
de 194 países.
Los desastres por clima
extremo —desde tempranas nevadas en Estados Unidos hasta las inundaciones
récord en Tailandia— están siendo más frecuentes. El calentamiento global
generará enormes costos, cita el informe internacional sobre el clima.
El documento pinta un futuro
complicado para un mundo ya fatigado por las catástrofes climáticas, que han
causado pérdidas por miles de millones de dólares.
El IPCC, ganador del Premio
Nobel de la Paz 2007, dice que hay probabilidades de que los climas extremos se
hayan agravado debido a los gases de efecto invernadero emitidos por el hombre.
El fenómeno climático extremo
más reciente, la nevada en Estados Unidos a finales de octubre del 2011, es
típico del daño al clima que los científicos advierten que ocurrirá, pero no es
típico de los fenómenos que ellos vinculan al calentamiento global.
“Los fenómenos extremos son un
aspecto realmente perceptible del cambio climático”, asegura Jerry Meehl,
científico jefe del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica.
Sin embargo, los expertos en
tormentas extremas se han enfocado mucho más en los fenómenos superpoderosos
con aguaceros y cuyo número aumenta, no en las nevadas, señaló el científico
del clima Gavin Schmidt, que trabaja para la Administración Nacional de
Aeronáutica y del Espacio de EE. UU.
El tipo de desastre opuesto,
como la sequía en Texas, el suroeste de Estados Unidos y México, es también el
tipo de fenómeno que los científicos aseguran aumentará de frecuencia a medida
que se incremente la temperatura del planeta, dijeron Schmidt y Meehl, quienes
revisaron parte del informe del IPCC.
Alzas
En medio de la ola de frío,
Europa contabiliza pérdidas por el cierre de vías fluviales y canales, cierre
de carreteras, cancelación de vuelos, paralización de transporte y cortes de
electricidad.
El temporal disparó los
precios del gas a niveles máximos y ocasionó restricciones en su abastecimiento
procedente de Rusia. El precio del gas subió en Londres al nivel más alto desde
el 2006.
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