La sequía afecta
impiadosamente al espejo de agua de Calchaquí. Su fauna ictícola y todo el
ecosistema sufren las consecuencias. El proyecto de represamiento aún no fue
licitado por la provincia. Buscan crear una zona de humedales protegidos.
La falta de lluvias y el calor
hieren de muerte a la laguna El Cristal. En las últimas semanas, el espejo de
agua más importante del norte sólo mantiene caudal de agua en la zona del canal
que lo atraviesa de norte a sur.
Pero, todo lo que era conocido
como la zona de balneario, con agua cristalina de mediana profundidad, presenta
un estado desértico y de desolación difícil de imaginar, sólo creíble por las
imágenes fotográficas que ilustran la crónica.
La retirada del agua que
escurre naturalmente hacia el sur, sumada a la extrema evaporación que se
produce en días de sol abrasador, generan un cuadro de estrés hídrico que el
balneario no soporta.
Agravan aún más el panorama
los innumerables canales clandestinos abiertos para utilizar el agua en
explotaciones rurales que se ubican en los márgenes del arroyo que nutre a la
laguna, donde finalmente llega un volumen de líquido irrisorio.
El paisaje que se observa hoy
en día es calamitoso: sólo arena y una mortandad de peces que se esparce por
doquier. Por si fuera poco, los pronósticos más alentadores indican que la falta
de lluvias podría prolongarse hasta mediados de marzo.
El lugar guarda en su tierra
mucha historia y es fuente de investigaciones arqueológicas muy importantes. Al
punto que el año pasado un equipo interdisciplinario del Ministerio de
Educación, de la Secretaría de Medioambiente y del Gabinete Joven de la
provincia de Santa Fe, realizó un relevamiento en el complejo, con vistas a
concretar campamentos educativos para docentes.
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