14 abr 2011

EE.UU. invierte 60 millones de $ para estudiar el cambio climático en bosques y cultivos

Con estos estudios quieren orientar a los agricultores y a los gestores de los montes sobre cómo manejar la tierra ante los efectos del cambio climático.

Embajada Española en Washigton.-El Departamento de Agricultura ha anunciado que invertirá 60 millones de dólares en tres grandes experimentos y estudios que evaluarán el potencial impacto del cambio climático sobre el medio natural y los cultivos.

Con estos estudios quieren orientar a los agricultores y a los gestores de los montes sobre cómo manejar la tierra ante los efectos del cambio climático.

Al contrario que en otros estudios, el USDA utilizará la información de científicos de diferentes especialidades con el fin de encontrar soluciones que tengan en consideración una amplia variedad de factores.

Los tres estudios se enfocarán en los pinares del sur, los maizales de los estados del medio oeste y los campos de trigo del noroeste de los EE.UU. Alrededor de 12 universidades ayudarán en los estudios, incluyendo la Universidad Estatal de Iowa para el estudio sobre el maíz y la Universidad de Florida en el de los pinares.

Los investigadores trabajarán para comprender cómo afecta el cambio climático a la vegetación.

También tratarán de desarrollar como mejorar los bosques y los cultivos para que soporten los efectos del cambio climático.

A pesar del hecho de que existen muchas dudas sobre la inducción humana al calentamiento global, incluyendo al Comité de Comercio y Energía de la Cámara de Representantes, el cual votó para quitar a la Agencia de Protección Ambiental, EPA, su capacidad para regular los gases de efecto invernadero, los estudios podrán ser extremadamente útiles.

Las temperaturas anuales han aumentado drásticamente en los últimos 130 años, mostrando que la tierra se está calentando y que los agricultores y forestales necesitarán usar la información de estos estudios para ajustar sus prácticas y técnicas de manejo a climas más cálidos.

El calentamiento global puede fácilmente afectar a la vegetación y los campos de cultivo.

Altas temperaturas significan un mayor ratio de evaporación del suelo y, a menudo, los agricultores se ven forzados a cambiar las técnicas de riego para poder suministrar la cantidad de agua que necesita el suelo para cultivarse.

Unas mayores temperaturas pueden también ser perjudiciales para los cultivos en áreas donde el calor intenso del verano ya limita la producción, pudiendo incluso, alargar o alterar los periodos de crecimiento de muchos cultivos.

De igual manera, el cambio climático puede afectar a los bosques, creando condiciones más secas que incrementen el riesgo de incendios forestales y la rápida expansión de pestes y enfermedades que no son tan susceptibles a los cambios en la temperatura.

Además, las altas temperaturas significan más periodos secos y cortos períodos de intensa lluvia, los cuales pueden fácilmente erosionar el terreno en sistemas frágiles bosques y en los diferentes tipos de cultivo.

El USDA busca alternativas al uso de bromuro de metilo

Los agricultores norte americanos han utilizado el bromuro de metilo desde hace 80 años para controlar una gran variedad de nematodos, malas hierbas y otros patógenos del suelo y ahora se enfrentan al reto de buscar alternativa al tener que dejar de utilizarlo por los daños que causa a la capa de ozono.

La sustitución de Bromuro está aceptada internacionalmente pero se considera difícil encontrar un sustituto para un producto de tan amplio espectro.

Este problema es especialmente importante en Florida donde las suaves temperaturas del invierno y los suelos arenosos hacen que abunden todo tipo de plagas y especialmente los nematodos del suelo y las malas hierbas.

Este problema puede dificultar el actual cultivo de pimientos y tomates por el que sus agricultores generan cerca de 900 millones de dólares anualmente.

El Departamento de Agricultura, USDA, a través de Servicio de Investigación Agraria, ARS, en su centro de Fort Pierce en Florida está desarrollando una serie de proyectos encaminados a buscar alternativas al uso del Bromuro de Metilo.

Los estudios se están dirigiendo en dos diferentes campos. Uno de los estudios lo están llevando a cabo equipos multidisciplinares con ecólogos y expertos en suelos, usando melazas para estimular la actividad microbiana en los suelos en combinación con estiércol de ave y calentando los suelos con calor solar.

Los primeros resultados indican que esta mezcla de materias orgánicas está disminuyendo la presencia de nematodos y controlando eficazmente las malas hierbas.

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