19 ene 2012

Las malas hierbas son más resistentes al cambio climático


MADRID, Las malas hierbas y, en general, las plantas que se regulan por factores endógenos son más resistentes al cambio climático, según un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) sobre la adaptabilidad de estas plantas con el objetivo de ayudar a prevenir su aparición en los campos de cereales.

   El estudio, que ha sido publicado en el último número de la revista PLoS ONE, demuestra que las plantas que regulan su población mediante factores endógenos pueden ser más resistentes a los efectos del cambio climático.

   Con estos resultados, se podrían mejorar las prácticas agrícolas cerealistas, a través de una previsión más ajustada de las malas hierbas que pueden invadir los cultivos.

   La investigación, que se ha realizado durante los últimos 22 años, toma de modelo dos especies de malas hierbas que son comunes en los campos de cereales, como la Descurainia sophia (jaramago) y Verónica hederifolia (hierba gallinera).

   Así, el investigador del CSIC José Luis González Andújar, del Instituto de Agricultura Sostenible y del Laboratorio Internacional en Cambio Global, ha explicado que con este trabajo se pone de manifiesto que hay dos mecanismos que regulan la población de las malas hierbas, como son los factores endógenos (como la competencia intraespecífica) y los exógenos, como es el efecto del clima.

   González Andújar ha añadido que en estos años han observado que Descurainia sophia se regula principalmente mediante factores endógenos, lo que la hace "más insensible a los efectos del cambio climático", mientras que, por el contrario, Verónica hederifolia está "más influenciada por factores climáticos, y puede verse más afectada por el cambio global".

   Además, las especies analizadas compiten con el cultivo por los recursos e invaden otros ecosistemas, llegando a producir miles de millones de euros de pérdidas a nivel mundial a los que hay que añadir el coste del uso de agroquímicos para su control. "Se cree que las malas hierbas están solo condicionadas por factores climáticos, pero hemos comprobado que no es así", ha apostillado.

   Asimismo, el estudio revela que las especies que se regulan principalmente por factores exógenos tienen más probabilidades de convertirse en invasoras y desplazarse a otras zonas agrícolas como consecuencia del cambio climático.

   De acuerdo a los autores del estudio, los resultados podrían ayudar a los agricultores en zonas cerealistas a mitigar los efectos del cambio climático.

   Según los responsables del estudio, estos resultados podrían ayudar a los agricultores de las zonas cerealistas a mitigar los efectos del cambio climático. "Si se sabe de antemano qué especies pueden desplazarse a la zona de cultivos se pueden tomar las medidas preventivas necesarias", ha concluido.

   En la investigación han participado también Pontificia Universidad Católica de Chile y el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario.

Los desastres naturales impactan a la industria


La logística del transporte por carretera, lo más afectado: expertos.

Gilberto Muñiz, vicepresidente del Comité de Energéticos de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), aseguró que a las afectaciones del cambio climático hay que sumar el rezago que existe en México en materia de infraestructura.

El especialista dijo que a pesar de las estrategias que implementan los industriales para mitigar los costos del impacto causado por el cambio climático y los fenómenos naturales, este gasto no puede ser trasladado a los clientes finales, pues esto puede generar una perdida de competitividad, de mercado, o ser desplazado por productos extranjeros.

Mencionó que la dependencia que tienen los distintos sectores productivos del país de mover sus mercancías por carretera, sin considerar otras alternativas, atenta contra la eficiencia de la economía.

Aun cuando el gobierno federal ha buscado eficientar la infraestructura en el país, hacen falta obras públicas y esfuerzos adicionales.

Arturo Frías, director general de Global Logistics, coincidió en que hace falta un mayor desarrollo de infraestructura interna, pues en comparación a otros países, en México para que las mercancías lleguen a un punto, apenas se cuenta con una o dos alternativas.

Cuando se presenta alguna afectación por fenómenos meteorológicos, como inundaciones, deslaves, lluvias torrenciales, huracanes, entre otros, se genera una situación que repercute de inmediato en el abasto y los costos logísticos de las compañías.

“Fenómenos climatológicos como huracanes, inundaciones, fuertes lluvias, entre otros, son factores que han obligado a las empresas a buscar alternativas en materia de transporte, que les permita mitigar las pérdidas económicas que les genera este tipo de eventos”, indicó.

El directivo explicó a MILENIO, que el impacto económico por estos factores, aún no puede ser cuantificado, ya que esto depende de cada empresa, sin embargo, reconoció que la mayoría de las industrias comienzan a planear sus inventarios, según la temporalidad climatológica.

Explicó que en el caso especifico de Petróleos Mexicanos, el factor climátológico está cada vez más ligado a la necesidad de incrementar de manera importante el suministro de combustibles, a fin de prevenir la escasez de éstos en ciertos puntos del país.

Actualmente los expertos en movimiento de mercancías se encuentran trabajando en la elaboración de un mapa logístico, el cual pretende señalar los puntos con mayores deficiencias en infraestructura, así como las necesidades de diversificar el transporte.

Se busca que las autoridades atiendan las zonas más transitadas, lo cual evitará gastos excesivos en construir o desarrollar proyectos que no tienen demanda y mucho menos beneficios para la cadena de suministros.

El impacto del cambio climático se está viendo de forma gradual, por lo que las empresas ya buscan nuevas estrategias que les permitan sortear lo que consideran está por venir.

Fenómeno climático azota la ciudad


El débil frente frío del sur desaparecerá hoy al mediodía
Una barrera de polvo con vientos del sur, que alcanzaron una velocidad de entre 60 y 70 Km/h, y una tormenta eléctrica hacía presagiar que ayer por la tarde ingresaba un frente frío a la ciudad. Al final solo se trató de chubascos aislados acompañados de vientos débiles.
Según los reportes de meteorología, a partir del mediodía de hoy se sentirá el intenso calor en la ciudad, con una temperatura máxima de 32ºC. El meteorólogo de Aasana Carlos Melgar explicó que el día estará nublado con chubascos de corta duración.
La polvareda levantada ayer, que se asemejaba a un tornado, provocó inconvenientes entre las aeronaves que estaban por aterrizar en el aeropuerto El Trompillo.
El capitán Johnny Méndez pilotaba la aeronave tipo Let, de fabricación checoslovaca, con matrícula CP 2382 de la empresa Aeroeste, proveniente de Puerto Suárez con 10 pasajeros. Para aterrizar tuvo que aumentar la velocidad del avión y usar el modo de visión instrumental para atravesar la cortina de tierra que cerraba el cielo en la zona del aeródromo capitalino.
“En ningún momento el vuelo se tornó intranquilo porque el viento fuerte solo se sintió al llegar a la ciudad, por lo que aceleré y posteriormente alargué el aterrizaje en la pista”, explicó Méndez, con 27 años de experiencia en la profesión.
El piloto, que obtuvo su licencia en 1984, anotó que este tipo de situaciones se presenta en raras ocasiones porque los navegantes siempre están consultando el estado del tiempo.
Además, en el barrio ENDE, a dos cuadras del zoológico, se vino abajo un árbol que dañó la barda de una vivienda.
Una canoa se vuelca por los fuertes vientos
Los vientos huracanados que azotaron San Ignacio de Velasco el martes al atardecer provocaron que se vuelque una canoa en la represa Guapomó, causando la muerte de un pescador de 18 años, mientras que sus dos acompañantes salvaron su vida porque nadaron hasta la orilla.
El vendaval seguido de una tormenta eléctrica y lluvia torrencial también provocó la caída de varios árboles en la plaza principal, así como en el cuartel del Regimiento de Fuerzas Especiales Warnes X de Infantería, donde causaron destrozos en los dormitorios de los soldados.
Róger Apaca, vecino del barrio San Andrés, relató que se  llevó tremendo susto al ver cómo cayó una planta cerca de su venta de abarrotes, mientras que en el balneario Agustín Harrer un puente de tablones se vino abajo. En la comunidad indígena de Carmencita, a 15 km, el viento se llevó el techo de una vivienda.

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