
Entre fanfarrias los gobiernos del mundo celebraron en 1992
En 2012, dos décadas después, se efectuará la cumbre Río +20, bautizada así porque está programada para realizarse en la misma ciudad de la primera. ¿Podrá para entonces la comunidad de gobiernos exhibir buenas cuentas? ¿Podrá decir que cumplió sus promesas? Queda poco tiempo y la realidad no ofrece argumentos suficientes como para formular una respuesta positiva.
El aumento de la temperatura, atribuido por un grupo de científicos patrocinado por Naciones Unidas a la quema de combustibles fósiles y la tala de bosques, y por otro –enfrentado al primero– a los milenarios ciclos solares, es uno de los más graves problemas que sufre el planeta. La temperatura se elevó 0.6 grados centígrados en el último siglo, que fue un periodo de gran industrialización y emisión exponencial de gases. Al ritmo actual, subiría entre 1.4 y 5.8 grados más en 2100.
Aun cuando el incremento sea el mínimo esperado, será el mayor registrado en cualquier siglo en los últimos 10,000 años, advierte el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), ganador del Premio Nobel de
Debido al aumento de la temperatura vaticinada, los científicos del IPCC predicen que miles de especies vegetales y animales se extinguirán, los eventos climáticos serán más agresivos, el nivel del mar subirá al punto que cubrirá islas y costas y los rendimientos agrícolas bajarán. Será un escenario dramático para la vida humana.
En una escala previa a Río+20, representantes de gobiernos y de Naciones Unidas se reunirán en la llamada Conferencia de las Partes de
Nadie espera que en México se firmen tratados jurídicamente vinculantes, pues las negociaciones previas patinaron entre posiciones inamovibles y desconfianza. Pero sí habrá anuncios sobre reducción de emisiones de carácter voluntario y arreglos financieros para enfrentar el calentamiento global, según declararon a PODER la directora del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) para América Latina y el Caribe, Margarita Astrálaga, y el principal negociador del país anfitrión, Luis Alfonso de Alba. No se avanzará más, ya que hay países como Estados Unidos, el segundo generador de gases de efecto invernadero luego de China, que no está en condiciones, por su situación interna, de asumir mayores compromisos, dijo De Alba.
La de México y la cita previa,
De todas formas, el científico boliviano David Cruz, uno de los autores de los informes del IPCC, advirtió que si en Cancún los gobiernos no resuelven qué pasará con Kyoto, ese instrumento entrará “en proceso de lenta agonía y muerte, lo que acabará afectando los principios de
José Sarukhan, coordinador de
Según la mayoría de científicos, más allá de los debates y negociaciones sobre la continuidad o no de Kyoto, lo importante es evitar que la concentración de gases de efecto invernadero continúe aumentando. La atmósfera presenta en la actualidad una acumulación de gases de 387 partes por millón. Si no se logra bajar a 350 o menos, la temperatura se incrementará más de dos grados centígrados y eso traería consecuencias desastrosas para la vida en el planeta, advierten.
El panorama es malo y está empeorando
El Pnuma señala que el cambio climático es el principal problema de nuestro tiempo y el mayor desafío que enfrenta la comunidad internacional. “Se trata de una creciente crisis económica, de salud y seguridad, de producción y de otras dimensiones”, reza uno de sus documentos. Con la alteración del clima está en riesgo la producción de alimentos, pues se elimina la certeza sobre los ciclos agrícolas, el mar sube y contamina las reservas de agua dulce y aumenta el riesgo de inundaciones catastróficas. Además, una atmósfera que se calienta promueve la propagación de plagas y enfermedades hacia lugares donde usualmente no se presentaban, advierte el organismo. “El panorama hasta la fecha es malo y está empeorando”, sentencia. De acuerdo con su perspectiva, hay ya “pruebas alarmantes” de que se han dado cambios irreversibles en los ecosistemas.
¿Todo se debe al cambio climático? La directora del Pnuma aclara que no, pero advierte que junto a otras variables ambientales ha generado una situación peligrosa que amenaza con generar un “colapso total de ecosistemas”. Sarukhan tampoco cree que todo se deba al cambio climático y prefiere hablar de un problema global con varias aristas, entre ellas el estilo de vida promedio de la humanidad. “Obviamente esto no se trata sólo de un asunto de energía o de transporte que son dos pecadores fenomenales, sino de mucho más”.
Los ambiciosos compromisos que los gobiernos del mundo asumieron en