2 nov 2010

El temporal de lluvia se cobra 2 víctimas mortales

Una mujer de 87 años fallece de un infarto al ver inundada su vivienda, en San Martín del Rey Aurelio, y un joven llanisco muere al sufrir un accidente de tráfico en pleno aguacero

Dos muertos, una decena de personas evacuadas, 84 incidencias por inundaciones de sótanos y bajos, cortes de carreteras, ríos desbordados así como más de un millar de llamadas de alerta a los servicios de emergencias es el balance provisional que el temporal de lluvia ha dejado en las últimas 24 horas en el Principado. Veinticuatro de los 78 concejos asturianos se vieron afectados por un aguacero que descargó con fuerza en el Principado. Sólo en Alles se registraron 64 litros por metro cuadrado.

Covadonga G.F., de 87 años y vecina de El Entrego (San Martín del Rey Aurelio), falleció ayer de un infarto cuando contemplaba, junto a su marido, la gran tromba de agua que entraba en su casa. El matrimonio ya había sufrido una inundación el pasado mes de junio y había tenido que abandonar su domicilio durante unos días. La muerte se produjo hacia las once de la mañana de ayer, cuando más arreciaba la tormenta.

La segunda víctima mortal fue Pablo Cabezón Navaz, un llanisco de 22 años, que se dirigía en la madrugada del pasado domingo a su casa de la localidad llanisca de Rales, cuando el vehículo que conducía se salió de la calzada e impactó con una farola y un cierre de madera. El joven, que salió despedido del interior del turismo, un Seat Ibiza negro, falleció en el acto. El siniestro se produjo cerca de las tres de la mañana en el kilómetro 1 de la As-115 entre Posada y Turanzas. A esa hora llovía intensamente, lo que pudo desencadenar el siniestro. La Guardia Civil barajaba un despiste como posible causa del accidente.

El Principado vivió ayer una de sus jornadas más negras. A las dos víctimas mortales se sumaron los numerosos incidentes ocasionados por la lluvia. El Centro de Coordinación de Emergencias contabilizó 34 cortes de carreteras, seis inundaciones de la red viaria y tres inundaciones por desbordamientos de ríos.

Los vecinos de Triongo se temieron lo peor sobre las 5 de la madrugada con la crecida del río Sella. Sobresaltados, fueron saliendo de sus hogares para comprobar cómo el cauce se desbordaba y obligaba a cortar la carretera, que estuvo cerrada al tráfico hasta la 9 de la mañana. El pánico se dejó sentir también en Arriondas, donde los vecinos miraban expectantes al Sella, que sin llegar a los niveles de junio sí provocó la inundación de los bajos del instituto, que albergan el gimnasio y las taquillas.

El fantasma de las inundaciones de junio volvió a cernirse también sobre las cuencas mineras. En la localidad morciniega de Argame se sintieron los efectos del temporal. Al mediodía, el alcalde de Morcín, Jesús Álvarez Barbao, tras comprobar que las aguas del río Caudal comenzaban a salirse de su curso normal “de forma alarmante” alertó a la térmica de Soto de Ribera para que “abrieran un poco más las compuertas de su presa y aliviar así la cantidad de agua en Argame”. También en Mieres, Lena y Riosa hubo percances.

El viento fue el causante del corte del suministro eléctrico en los concejos del parque de Redes. Algunos de sus pueblos se quedaron sin energía eléctrica a las 9 de la noche del domingo y no recuperaron el suministro hasta primeras horas de la tarde de ayer. El pueblo de La Nueva (Langreo) sufrió las consecuencias de las riadas que parten de la zona alta. La asociación de vecinos recordó que esta situación de precariedad fue denunciada ante la Confederación Hidrográfica y el Ayuntamiento de Langreo. El concejal delegado de Obras, Juan Miguel Muñoz, informó que hubo que retirar dos árboles en la carretera de Cuesta D´Arcu a Camillera y en el Molín del Rozau. En Laviana fueron los vecinos de la zona alta de Tiraña los que padecieron las mayores consecuencias de las incesantes lluvias. Los accesos a los pueblos de Lloro y Paniceres, dañados desde las últimas inundaciones de junio, fueron cortados, e incluso se llegó a inundar alguna vivienda de la zona.

En Siero, el río Nora, que serpentea por el concejo, se desbordó en varios puntos anegando, sobre todo, zonas de cultivo y también alguna vivienda; es el caso de una familia de La Castañera, en Granda, que a las 11 de la mañana se vieron sorprendidos por la lluvia y “en pocos minutos vimos cómo el agua lo invadía todo”, comentaba, con el susto todavía en el cuerpo, María Teresa Vázquez.

La familia fue evacuada por la vía del tren de FEVE; para ello se tuvo que cortar el tráfico ferroviario. “Esto antes no ocurría, pero en los últimos años sucede con más frecuencia”, señalaba otro miembro de la familia afectada, Óscar Vázquez.

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