22 oct 2012

Inundaciones dejan cerca de 200 afectados más en el sur de Guatemala


GUATEMALA — Las fuertes lluvias que durante las últimas horas se dejaron sentir en Guatemala, provocaron el desbordamiento del río Sis, hecho que afectó a 192 personas en Cuyotenango, Suchitepéquez (sur), siendo ya unos 6.000 los afectados en los últimos días, anunció la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred).

De acuerdo con el informe de la entidad de socorro, la inundación se produjo la noche del sábado en la comunidad Línea B4, donde también se reportaron daños leves a 32 viviendas.
"Tras el desborde del río, se llevó a cabo la habilitación de un albergue en la Iglesia del Evangelio Completo, a la cual fueron trasladadas 12 familias y 20 más se resguardaron en casa de familiares y amigos", destaca la información de la Conred, divulgada este domingo por medio de un boletín de prensa.
La tarde del viernes, en ese mismo departamento (Suchitepéquez), pero en el municipio de Chicacao, se registró el hundimiento de un tramo del puente Nahualate, producto de la crecida del río del mismo nombre (Nahualate), a consecuencia de las fuertes y constantes lluvias que azotan la región.
Según la Conred, en Suchitepéquez más de 6.000 personas han resultado afectadas por inundaciones en diferentes comunidades, producto de la crecida de varios ríos.

Tormentas que ocurren dentro de otras


Un fenómeno desconocido por la mayoría en nuestro medio se viene repitiendo con las últimas tormentas: el downburst. En pocos minutos es capaz de derribar torres de alta tensión y grandes estructuras en un reducido sector. Aunque se confunde, es diferente a los tornados, pero de ambos podrían decirse que son tormentas dentro de otras.

El downburst es un fenómeno que ocurre dentro de una Tormenta Local Severa (TLS) con fuertes y violentas corrientes descendentes acompañadas de granizadas, actividad eléctrica y torrencial precipitación que resultan en un flujo expansivo horizontal de fuertes vientos. También se conoce como “aeroavalancha” y su impacto al caer sobre el suelo deja graves daños en un área relativamente pequeña durante unos pocos minutos.
El downburst y el tornado son fenómenos que pueden registrarse durante una TLS, pero son muy diferentes.


¿Cómo se producen? “Si rememoramos las condiciones meteorológicas registradas días previos a lo ocurrido en Mariano Roque Alonso (20 de setiembre de 2012) veremos que, días antes, se ha desarrollado una ola de intenso calor acompañada de elevada humedad en el ambiente. El mismo día del evento meteorológico el clima comenzó a cambiar en pocas horas. Este juego sincrónico de anormalidades térmicas, calor versus frío, intensificó las condiciones de inestabilidad atmosférica trayendo un evento meteorológico devastador. Se confrontaron dos masas de aire, una caliente y otra masa fría, una empujando a la otra”, explica el Ing. Hugo Acosta, quien investigó el fenómeno y presentó los resultados en seminarios internacionales.

Un tornado necesita de tres componentes convergiendo en un mismo lugar –un frente de aire cálido y húmedo, un frente de aire frío y seco y una corriente de viento ascendente–. “Al chocar los dos frentes de aire, caliente y frío, se genera una enorme cantidad de condensación de agua, que lleva a la formación de nubes del tipo cúmulonimbus. Estas nubes son tormentas en lo alto de la atmósfera, que pueden hacer caer lluvia y granizos sobre el área con gran fuerza. Adentro de estas tormentas hay grandes cantidades de viento moviéndose rápidamente, ya que el aire frío va a querer bajar, mientras que el aire caliente intentará subir. La mayoría de tornados duran poco tiempo, usualmente alrededor de 5 o 10 minutos”, sostiene Acosta.

Aunque pueden formarse en cualquier fecha del año, en general los tornados y downbursts son más comunes en la primavera, y menos comunes en invierno. Esto se debe a que la primavera es una estación transicional: se está cambiando de un clima frío a un clima caliente, y esto causa que frentes de aire de diferentes temperaturas se junten, propiciadas por condiciones locales para generarlos.
También –explica– es importante la hora de su formación, pues ambos fenómenos dependen del precalentamiento del suelo, que es un requisito previo. La mayoría de estos fenómenos suceden durante la puesta del sol, entre las 17:00 y 20:00 hora local, con un pico cerca de las 18:00, o sea entre la tarde-noche y algunos pocos suceden antes del amanecer.

¿De dónde aparecen las fuerzas en los tornados y en los downbursts?
“Ambos fenómenos generan efectos de volteo que se crean por las incidencias de las fuerzas de arrastre, producto del carácter dinámico y aleatorio del flujo de viento que induce a generar incrementos intempestivos en magnitud de su velocidad, denominadas ráfagas, apareciendo seguidamente un efecto cíclico de aumento y decremento del nivel de las fuerzas de arrastre. Este tipo de carga cíclica reversible e independientemente hace que alcancen magnitudes que superen la resistencia de grandes estructuras”.

El profesional destaca que durante la aparición de un tornado o un downburst se producen esfuerzos de compresión y de succión. Como los techos de las casas no fueron calculados para resistir los efectos de succión del viento, lo que hacen es desprender y arrastrar los materiales de sus apoyos y en las torres de alta tensión, estas ceden debido a la fatiga de los materiales por las ráfagas del viento en todas las direcciones (torbellinos).

El temporal dejó un saldo de dos muertos y centenares de evacuados


Dos personas fallecieron y miles debieron abandonar sus casas a raíz de las inundaciones registradas tras las intensas lluvias en las provincias de Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba 

En el Gran Rosario, los evacuados tras las violentas tormentas con granizo y vientos fuertes superaron los 200, aunque se prevé que con el correr de las horas la cifra aumente. En varias localidades permanece cortado el suministro de energía eléctrica. Además, una crecida del río Carcarañá interrumpe totalmente el tránsito en la autopista hacia Córdoba.


Se registraron árboles caídos y voladuras de techos. Además, la caída de granizo, con piedras de hasta 20 centímetros de diámetro en algunos lugares, trajo importantes daños.

En la localidad de Capitán Bermúdez, un hombre murió electrocutado cuando un cable de alta tensión se desprendió y provocó una descarga eléctrica que le causó la muerte. Sumado a esto, como consecuencia de los fuertes vientos, un colectivo volcó en la autopista hacia Santa Fe, aunque no se registraron víctimas fatales.

En Rosario, el barrio Nuevo Alberdi quedó anegado tras el desborde del canal Salvat. Las familias que viven en la zona se niegan a ser evacuadas. Los expertos estiman que cayeron alrededor de 100 milímetros de lluvia en la región.

En Victoria, Entre Ríos, por su parte, una mujer embarazada de 25 años murió luego de que un árbol cayera sobre su vivienda. En total, en el área se registraron más de 100 hogares afectados y siete heridos tras las fuertes tormentas.

Las tormentas de la zona incluyeron fuertes vientos y la caída de 52 milímetros de agua entre la noche del domingo y la madrugada del lunes, lo que provocó la caída de postes y árboles e inundaciones.

En Gualeguay, Ibicuy y Concepción del Uruguay se registró, además de lluvias y fuertes vientos, la caída de granizo.

En tanto, en el departamento de Marcos Juárez, en Córdoba, hay cerca de 10.000 hectáreas de campo bajo el agua, lo que pone en riesgo la producción agrícola de la zona, ya que la tierra no alcanza a absorber las grandes cantidades de agua caída.

El cambio climático hace más probable la sequía en Tejas, la hambruna en África y otras condiciones extremas del tiempo


El mapa muestra el nivel de sequía y desecación en los EE.UU. en julio de 2011. Mapa cortesía del Ministerio de Agricultura de los EE.UU. Pulse en la imagen para agrandarla.

El cambio climático está aquí y, con él, las ocasiones para las condiciones erráticas del tiempo, según afirman los científicos. Un grupo prestigioso de climatólogos publicó un informe sobresaliente que asegura de manera dramática que el cambio climático está afectando el estado del tiempo—y, a su vez, nuestros cultivos alimentarios, nuestras economías e inclusive nuestras vidas—aquí y ahora. El nuevo informe, que apareció en American Meteorological Society [Sociedad meteorológica americana], es la primera de lo que se pretende sean entregas anuales que develen las conexiones entre el cambio climático y los sucesos individuales de condiciones extremas del tiempo, como las olas de calor, las sequías y las inundaciones.
"2011 será recordado como un año de sucesos extremos, tanto en los Estados Unidos como alrededor del mundo," dijo en conferencia de prensa Kathryn D. Sullivan, administradora adjunta de National Oceanic and Atmospheric Association [Asociación nacional para asuntos oceánicos y atmosféricos]. "Las condiciones del tiempo están enmarcadas por un medio ambiente que está cambiando en todo el mundo."
Para citar un caso, los investigadores hallaron que el cambio climático hace 20 veces más probable la sequía devastadora que asoló Tejas el año pasado, en comparación con la probabilidad que tenía un suceso así hace cincuenta años.

"Hallamos que la probabilidad de sucesos extremos de calor fue 20 veces mayor en 2008 que en la década de los 60 en que se hizo sentir La Niña, y encontramos indicativos de mayor frecuencia en los totales de precipitación que se dan en las estaciones más secas," escribieron los investigadores, quienes usaron 2008, dada la disponibilidad de datos, en lugar de 2011.
La sequía de Tejas agotó las fuentes de agua, diezmó cultivos, obligó a los ganaderos a matar algunas cabezas de ganado, y eliminó cientos de millones de árboles. Se estima que el estado perdió $7,62 miles de millones en las industrias ganadera y agrícola.
Los científicos también relacionaron de manera directa un noviembre inusualmente cálido en Bretaña con el mundo en proceso de calentamiento. Encontraron que el cambio climático hace al calor anormal 60 veces más probable. Fue el segundo noviembre más cálido en Bretaña de los últimos 350 años.
"Esto no significa que haya que culpar al cambio climático por cualquier condición extrema del tiempo o por cualquier suceso climático. Después de todo, el tiempo siempre ha pasado por condiciones extremas," escribieron los científicos. Los investigadores no encontraron vínculos significativos entre la épica inundación del año pasado en Tailandia y el cambio climático, y anotaron que "la cantidad de lluvia que cayó en el área de captura no fue del todo inusual." Más bien afirman que otros factores hidrológicos afectaron esta condición extrema del tiempo más que el hecho de que el mundo está más caliente.
Aun así, lo que en general se extrae del informe es que el cambio climático está aquí y que está desempeñando una función significativa en los desastres que se dan en el mundo.
De hecho, uno de los hallazgos del informe, quizás el más impresionante, es la probable conexión entre el cambio climático y la sequía del año pasado en el África oriental. Exacerbada por el conflicto y la inestabilidad gubernamental, la sequía empujó a Somalia a una situación de hambruna en la cual murieron entre 50.000 y 100.000 personas, cuya mayoría probablemente haya sido niñas y niños de menos de 5 años.
"Aunque muchos factores que no eran climáticos contribuyeron a esta crisis (el alza mundial en los precios de los alimentos, la inestabilidad política y la pobreza crónica, entre otros), la falta de lluvias [...] jugó un papel crítico," escribieron los científicos.
Argumentan que el aumento de 0,7 grados Celsius en las temperaturas superficiales de los Océanos Pacífico e Índico en los últimos cincuenta años ha hecho más probable que haya sequías y no haya lluvias en la región.
"Aunque [las condiciones de] La Niña [el año pasado] cumplieron una función notable en la ausencia de lluvias en el Asia oriental, hay evidencia de que el calentamiento en el charco cálido de los Océanos Pacífico occidental e Índico contribuyó a una mayor frecuencia de sequías en esta región," escribieron los científicos. Sin embargo, a diferencia de otros análisis, los investigadores aún no están listos para poner en cifras la mayor probabilidad de sequías en la región que causa el cambio climático.
Pese a ello, los investigadores añaden que sus hallazgos sobre la sequía del África oriental son significativos, dados los obstáculos que encaran los científicos a la hora de recolectar observaciones y armar modelos climáticos en países en desarrollo que carecen de los recursos de los que gozan las naciones industrializadas.
Pese a que aún es joven la ciencia que busca atribuir de manera directa los sucesos extremos del tiempo a un planeta en calentamiento, esta ciencia puede señalar con veracidad cuán rápida y dramáticamente está cambiando el mundo a raíz del calentamiento global.
"Aun cuando resta mucho por hacer en la ciencia de la atribución: desarrollar mejores conjuntos de datos de observaciones, mejorar metodologías, entender mejor los modelos climáticos, y evaluarlos y mejorarlos, las contribuciones en este artículo demuestran que se puede hacer evaluaciones significativas," escribieron los científicos.
Para mitigar el cambio climático se debe reducir las emisiones de gas de efecto invernadero. Hace mucho que los expertos urgen el cambio de fuentes de energía, de combustible fósil a fuentes renovables; apremian una mayor eficiencia energética; y presionan por la protección y restauración de bosques y otros ecosistemas que abundan en carbono. A pesar de décadas de reuniones con líderes internacionales sobre el tema, las emisiones de gas de efecto invernadero siguen en alza.

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