26 nov 2009

La NASA confirma la existencia de enormes tsunamis solares

Gigantescas olas de cien mil kilómetros de altura, hechas de plasma supercaliente y que se desplazan a una velocidad superior a los 250 km por segundo. Parece el escenario de una pesadilla infernal, pero la misión de observación solar STEREO (Solar Terrestrial Relations Observatory), de la NASA, ha confirmado que esos enormes «tsunamis de fuego» se dan realmente sobre la superficie del sol.
Es tal la magnitud del fenómeno que los astrónomos, cuando lo observaron por primera vez hace apenas una década, pensaron que se trataba de una especie de ilusión óptica, un engaño de los instrumentos de observación. Nadie, en efecto, creía que algo así fuera posible.
Una de esas olas, por ejemplo, se alzó a una altura superior al diámetro de la Tierra para curvarse después sobre sí misma alrededor de un punto central y expandirse finalmente según un patrón circular que se extendió a lo largo de millones de kilómetros. Muchos dijeron entonces que se trataba de alguna clase de sombra que, de algún modo, estaba engañando a la vista.
Pero las nuevas observaciones de la pareja de satélites de la misión STEREO (cuyas imágenes combinadas ofrecen una visión estereoscópica del sol) no dejan duda posible.
Mil millones de toneladas de gas«Ahora lo sabemos», afirmaba John Gurman, del Laboratorio de Física solar del Centro Espacial Goddard. «Los tsunamis solares son algo real».
Las dos naves gemelas de la misión STEREO confirmaron la autenticidad de los tsunamis solares con imágenes capturadas el pasado mes de febrero, cuando la mancha solar 11012 entró súbitamente en erupción. La explosión lanzó al espacio una nube de mil millones de toneladas de gas ardiente (un fenómeno conocido como «eyección de masa coronal» o CME, por sus siglas en inglés) y causó a la vez un tsunami que empezó a recorrer rápidamente la superficie solar.
Las naves STEREO grabaron la ola desde sus dos posiciones, separadas por 90 grados y que dan a los astrónomos una perspectiva y una vista tridimensional sin precedentes. «Se trata definitivamente de una ola», asegura Spiros Patasourakos, de la George Mason University, de Virginia, y autor principal del estudio que refleja el espectacular descubrimiento en la revista Astrophysical Journal Letters. «Y no una ola de agua -añade el científico- sino una ola gigante de plasma y fuerzas magnéticas».
El nombre técnico del fenómeno es «ola rápida magnetohidrodinámica» o «ola MHD», pero no cabe duda de que a partir de este momento se impondrá el término genérico de «tsunami solar». Y no es para menos. La ola medida por STEREO tenía 100.000 km de altura, se movía a 250 km. por segundo y llevaba una energía equivalente s 2.400 megatones.
La observación de estas olas gigantescas y el estudio de sus interrelaciones con otros fenómenos solares revelarán nuevos datos sobre el funcionamiento de la atmósfera del sol y ayudarán a predecir con mayor exactitud en qué ocasiones una eyección de masa coronal dejará sentir sus efectos, en forma de tormenta de radiación, aquí, en la Tierra.

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