29 nov 2010

Los daños se veían venir y hubo negligencia

El invierno más duro de los últimos años se palpa día a día en el territorio nacional, con cientos de miles de hectáreas de arroz, hortalizas y flores, bajo el agua de los ríos desbordados, así como cientos de cabezas de ganado ahogadas.

Pero también con las historias particulares de quienes lo perdieron casi todo por lo que consideran falta de previsión, una mirada estatal más allá de la coyuntura de todos los años para atender los estragos que se esperan con cada invierno, y hasta negligencia.

Los efectos invernales no respetaron estrato ni condición, y hasta emisoras radiales de periodistas reconocidos quedaron inundadas, como en Mosquera, Cundinamarca.

LR visitó este lugar donde el río Bogotá inundó mas de 100 fincas de aproximadamente 90 fanegadas cada una. Las pérdidas económicas son cuantiosas y con el pasar de los días aumentan porque no hay cómo producir lo mismo que antes.

En el Valle del Cauca, el temor crece porque el dique conocido como RUT, y que protege a Roldanillo, La Unión y El Toro no va a aguantar mucho más, y si se rompe, las perdidas serían multimillonarias, y ya no hay recursos para sostenerlo.

Los arroceros de Magangué llevan tres meses con el agua al cuello, perdieron la cosecha del primer semestre del año y no han podido sembrar la del segundo, porque no hay un centímetro seco de tierra.
Los afectados solicitan al Gobierno una atención rápida y real.

"CAR no mantiene al camellón hace 28 años"
Carlos Eduardo Acosta tiene, en compañía de su familia, una propiedad de 250 fanegadas, en la Vereda San José, sector el Playón de Mosquera, Cundinamarca. Desde hace 33 años la ha hecho producir para su sustento familiar. Con la voz entrecortada cuenta la manera como tuvo que salir de su propiedad con sus trabajadores, su familia y las 1.000 cabezas de ganado, dejando 30 reses abandonadas en la finca que se inundó. "Íbamos 12 personas montadas en un tractor y arriando las vacas entre el agua. La que se desviara la teníamos que dejar, porque el agua no nos dio tiempo de nada", dijo. Tuvo que dejar la casa y los muebles, pero lo que más le preocupa es que hay personas que están llegando en lanchas y se entran por los techos para sacar lo que quedó. Carlos y su esposa no han vuelto para mirar cómo quedaron sus tierras. El ganadero responsabiliza a la Corporación Autónoma Regional y dice que la entidad no le ha hecho mantenimiento desde el 1982. "Lo más triste es que la CAR ahora nos culpa a nosotros, pero por su negligencia, desde hace 28 años, no toca el camellón sobre el río Bogotá", afirmó. Las 1.000 reses producían al mes 180.000 litros de leche que representaba para la familia Acosta $180 millones. Ahora sólo pueden producir 2 mil litros diarios, es decir una disminución del 80% en la producción. Carlos dice que este proceso se puede demorar dos años hasta que las tierras vuelvan a ser productivas. "El día de la inundación estábamos con el agua hasta el cuello y el ICA en lugar de ayudarnos nos estaba cobrando por los formularios" de movilización del ganado", recordó.

"Si el dique se rompe se agrava el asunto"
Víctor Castrillón, agricultor del municipio de El Toro Valle del Cauca, tiene una propiedad ubicada a cuatro kilómetros del municipio. Son 106 hectáreas donde cultiva maíz, de las cuales, 36, están totalmente afectadas por el desbordamiento del río Cauca. Las inundaciones tienen aproximadamente tres metros de alto alcanzando a tapar las matas de maíz que miden alrededor de dos metros y medio. "Los cultivos llevan 15 días totalmente inundados, el agua ya alcanzó el nivel de la mazorca, eso quiere decir que los cultivos ya deben estar podridos. Víctor ha perdido en las inundaciones alrededor de $200 millones, sin incluir los daños a su vivienda y los enseres perdidos por la humedad. Aún no ha podido drenar el agua porque los niveles del río no han bajado. "No podemos drenar porque los niveles están muy altos y no hay donde mandar el agua, hay que esperar que el río descienda para poder sacar agua". Por ser la zona tan baja, el río crece y afecta todos los cultivos, además los habitantes de la región están alerta para controlar el dique de contención del río porque si se llega a romper se perderían cultivos de maíz, de papaya, caña, uvas, melón. "Si el dique se rompe sería una catástrofe porque aquí vive mucha gente. Serían 40 mil hectáreas las que se perderían tan sólo en el municipio de El Toro, y eso significaría pérdidas por $73 mil millones. Castrillón dijo que el 30% de su producción la envía a almacenes de cadena, como Éxito y Carrefour. Las casas las tiene desocupadas y tuvo que sacar al mayordomo con la familia. Ahora tiene un celador, en medio del agua, para cuidarle la propiedad.

"Perdí $500 millones por inundaciones"
La finca El Pantano tiene 270 hectáreas, la mayoría en cosecha de arroz y queda ubicada en Magangué, departamento de Bolivar. Está ubicada a 7 kilometros del río Cauca. Hace 3 meses el dique se rompió y se le inundó la finca en su totalidad, al igual que la población de Majagual y veredas, como el Jobo y Pueblo Nuevo entre otras. Muchas propiedades durarán tres meses bajo el agua. Albert Martínez cuenta que se le perdió la cosecha del primer semestre del año y hasta el momento no ha podido empezar a sembrar de nuevo el arroz, ya que esta terminando de drenar el agua y esperando a que el terreno seque. "Aquí en La Mojana se perdió una gran área de arroz y otros tipos de cultivos de pancoger." Perdí 100 hectáreas del cereal, que representan 7.000 bultos. Aproximadamente fueron $280 millones", dijo. Martínez, además de agricultor también se dedica a la ganadería y narra con tristeza que se le murieron 40 animales cuando el agua arrasó con todo. El resto de su ganado lo tuvo que ubicar a 90 kilómetros hacia la sabana de Majagual, hecho que de entrada le eleva los costos, porque el traslado y el cuidado requieren grandes inversiones. Calcula que por todas las pérdidas economícas que la lluvia le causaron, entre arroz, pastos, deterioro de su infraestructura y ganado, superan los $500 millones. "Duermo y despierto, como miles de Mojaneros, con la incertidumbre y el temor de una nueva y próxima e inundación, ya que toda esa gran cantidad de agua que en estos momentos ha inundado el alto Cauca viene para acá, y de nuevo estamos en alerta roja. Otra vez estamos en peligro", dijo.


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