6 feb 2012

En el sur, 30 familias perdieron sus bienes debido a las inundaciones




En el sector del Garrochal, en el sur de la ciudad, 30 familias fueron afectadas por las inundaciones del sábado en la noche. El viejo colector de la quebrada Capulí se taponó y, luego de una fuerte lluvia, las viviendas aledañas se llenaron de lodo y escombros que salieron de la quebrada. Hernán Flores vive en el sector desde hace 25 años. Su cocina, refrigeradora y muebles quedaron en su patio. En las ventanas y paredes se podían mirar las líneas que señalaban hasta dónde llegó el agua (más o menos 1,5 metros). Según él, la constructora King Yerovi, que está elaborando el nuevo colector del Garrochal, deja madera, encofrado, varillas, etc., en la quebrada. Eso ocasionó que el material se acumulara y tapara el ducto por donde circula el agua de la quebrada. “En menos de cinco minutos se inundó todo. Perdí mi patrimonio. La constructora debe asumir los cargos de las pérdidas materiales de todas las familias que fuimos afectadas”. Juan Merino, trabajador de la constructora King Yerovi , aseguró que la obra está detenida ya que no tiene autorización de la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable (Epmaps) para continuar con la construcción del nuevo colector que tiene cuatro metros de diámetro.“El anterior tiene de 1,5 metros y el volumen de descarga de agua es mínimo. Estamos esperando que nos den los planos del rediseño para actuar”. Además, el invierno no permitirá un trabajo de limpieza ágil. Zoila Castro, mientras lloraba, observaba cómo retiraban los restos de la quebrada Capulí. Ella perdió todo y durmió la noche del sábado en el piso superior de la casa donde vive su hijo, en el mismo barrio. “Pusimos unos colchones que no mojaron en el suelo. Mi hija está esperando un bebé, está en el noveno mes de gestación y no tiene dónde descansar. No sé qué voy a hacer”. Castro vive con ocho personas y aseguró que no es la primera vez que hay inundaciones en el lugar y que las autoridades no responden a los problemas del sector. El dirigente del barrio, Raúl Taco, dijo que las personas afectadas no iban a ser evacuadas. Sin embargo, por la delicada situación de la hija de Castro, ella y su familia serían trasladadas a la Casa barrial. “La noche anterior no pudieron dejar su vivienda debido a la delincuencia en el sector”. Taco criticó la construcción del colector. Según dice, los trabajos no son constantes y es la tercera vez en el año que hay inundaciones. La Epmaps no atendió las otras dos inundaciones. María Fernanda Villavicencio, jefa de los trabajos de limpieza y levantamiento del registro de los daños y afectados de la Epmaps, informó que solo retirarán los escombros que tapaban el ducto y que hoy empezarán los trabajos con King Yerovi para continuar con la construcción del colector. “Limpiaremos el ducto para que el agua pase sin dificultad en caso de otra lluvia. Después continuarán los trabajos de construcción del nuevo colector”. Édgar Páez tiene un taller de carpintería. Desde la parte posterior de su negocio se divisa la construcción del nuevo colector. Él aseguró que la constructora no realiza un trabajo responsable. “A veces laboran y otros días no. Se van a las 16:00 y dejan todo el material botado en la quebrada”. Fabiola Tipán tiene 62 años. Ella nació en la casa donde vive actualmente. Junto con sus dos hijos levantó un negocio de telas y de confección de vestidos para primeras comuniones de niñas. El taller de las máquinas y las bodegas de las telas se inundaron. Ella recogió y limpió lo que pudo rescatar. “Perdí mis cosas. ¡Nada sirve!”. Las telas, los vestidos y las máquinas estaban dañados y con lodo. Ninguna autoridad se ha comunicado con ella para responder por los daños de su negocio. Su hijo también fue afectado por la inundación. Él tiene una mecánica y los vehículos que se estaban reparando se llenaron de lodo. No sabe cómo responder a sus clientes.

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