2 may 2011

El cambio climático extinguirá a 91 especies en la región

Un informe del CSIC sitúa a mamíferos como el lince y aves como la cigüeña blanca, buitre leonado, águilas imperial y real y halcón peregrino entre las que corren más peligro en este siglo

El cambio climático podría causar en este siglo la extinción o desplazamiento de hasta 91 especies en Castilla y León, de las que principalmente se verían afectadas las aves rapaces. Sin embargo, animales como el zorro y el conejo aprovecharán la situación climática provocada por el aumento de emisiones para extenderse por el territorio regional y alcanzar zonas de la Comunidad en los que en estos momentos no se encuentran.

Así lo recoge el informe ´Impactos, vulnerabilidad y adaptación al cambio climático de la biodiversidad española´, elaborado por el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM), el Museo Nacional de Ciencias Naturales, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Extremadura, que sitúa hasta 91 especies animales y cuatro vegetales (arbustos) entre las que corren más peligro en este siglo.

De ellas, verán reducido su territorio aves tan tradicionales en la Comunidad como la cigüeña blanca, rapaces como el buitre leonado, las águilas imperial y real, el halcón peregrino, los milanos real y negro y el alimoche, pero también un mamífero, el lince ibérico, que en la región pervive únicamente en la Sierra de Gata salmantina.

El informe sitúa en nivel rojo (pérdida o desplazamiento de más del 70 por ciento de área potencial en el futuro) para los próximos años a 56 aves, de las que una parte importante son rapaces, así como una quincena de mamíferos (con varios roedores y mustélidos), once anfibios (algunas especies de sapos) y nueve reptiles (lagartijas y culebras). Pero es que además, en naranja (pérdidas o desplazamientos de entre el 30 y el 70 por ciento) figuran el urogallo, la perdiz pardilla y el petirrojo, así como el popular lobo (que podría desaparecer de algunas zonas de la meseta castellana), el oso pardo y el gato montés.

Desplazamientos de aves

De este modo, la cigüeña blanca, habitual en postes y campanarios de todo el territorio regional, no se vería claramente afectada en los próximos 30 años, aunque a partir de ese horizonte temporal podría desaparecer de la zona suroeste de la Comunidad debido al aumento de las temperaturas. Algo similar le podría ocurrir a las dos clases de milano estudiadas: el real y el negro, abundantes actualmente en Castilla y León, ya que habita en zonas de media o baja montaña, donde selecciona dehesas y áreas abiertas.

Por lo que respecta al halcón peregrino, bajo los escenarios climáticos disponibles para el siglo XXI se esperan impactos elevados en la distribución potencial. De hecho, podría desaparecer de la meseta en este siglo, para trasladarse definitivamente a las zonas de montaña (León y Palencia). Similar evolución parece que sufrirá el alimoche, una especie de buitre que se extiende por exclusivas zonas periféricas de la Comunidad y que podría abandonar el sur para nidificar en el norte regional.

Otros como el buitre leonado, las águilas imperial ibérica, real y perdicera, se mantendrán en riesgo de desaparición durante todo el siglo XXI si no se toman medidas para paliar los efectos del cambio climático, aunque el informe estima que se mantendrán en sus zonas tradicionales

Además de estas aves, bien conocidas por la población castellana y leonesa, el cambio climático podría afectar a otras con un importante papel en la biodiversidad de la Comunidad, tales como la chocha perdiz, la lechuza común, el autillo europeo, el búho real, el chotacabras europeo y el cuellirrojo, el avión zapador, el colirrojo real, los diferentes tipos de curruca y el zarcero común, entre otros.

Por lo que respecta a España, se verán afectados por el cambio climático el 85 por ciento de los anfibios, el 67 de los reptiles y mamíferos y el 63 por ciento de las aves. Todos ellos podrían ver reducida en más de un 30 por ciento la superficie de territorio con condiciones climáticas favorables.

Desde el CSIC se recomienda una serie de acciones genéricas que facilite la estabilidad de estos animales y se evite su posible desaparición. Así, aconsejan a las administraciones competentes favorecer la permeabilidad y conectividad, así como mayor protección jurídica y el desarrollo de medidas para la conservación in situ.

La gran flora resiste

Por lo que respecta a la flora, el informe no sitúa en Castilla y León a ningún árbol en peligro crítico. De hecho, podría darse la circunstancia de que la Comunidad albergara en un futuro especies arbóreas que ahora se dan en el sur peninsular, que por motivos climáticos se desplazaran hacia el norte, como el alcornoque.

En España, sí se producirá una reducción especialmente preocupante en el caso de algunas formaciones forestales como el pinsapo, el abeto común, la carrasca, el alcornoque y el roble albar (presente en algunas de la Montaña leonesa y palentina). El cambio climático afecta de forma significativa al 20 por ciento de las especies forestales. De hecho, la mitad de las catalogadas evoluciona hacia una situación crítica, con muy alto riesgo de desaparición pasada la mitad del siglo. En concreto, una quinta parte de las especies de árboles se desplazarán hacia el norte peninsular.

Arbustos en peligro

No ocurre lo mismo en la región con varios arbustos que sí se encuentran en peligro, aunque como sostiene Ángel Felicísimo, profesor de la Universidad de Extremadura y coautor del tomo referido a flora en el informe, "son análisis que deben adecuarse cada poco, en función de los diferentes modelos de cambio climático". "Hay una real posibilidad de desaparición o desplazamiento de algunas especies de arbustos, ya que la temperatura media en el país en los últimos cien años, que evolucionan al alza, pueden afectar claramente", alerta.

Entre ellos se encuentra el ´Rhamnus pumila legionensis´, un endemismo de la zona orensano-sanabriense que cuenta con varias poblaciones y que forma parte de las comunidades de caméfitos que se desarrollan sobre paredones calcáreos verticales. Su evolución prevista es que no sufra especiales amenazas en la actualidad, si bien las perspectivas de futuro son inciertas.

Otra que podría sufrir es la ´Delphinium fissum Sordidum´ (Espuelas de caballero), con presencia en Zamora y Salamanca, que aparece con preferencia en el seno de formaciones de castaño y roble melojo. Aunque se cree que no desaparecerá, los expertos consideran que deberían reforzarse sus poblaciones, muy escasas y con muy poco reclutamiento.

Igualmente, hay otras dos especies amenazadas por otros motivos no climáticos. Se trata del ´erodium paularense´ (geranio de El Paular), un endemismo del Sistema Central, afectada a día de hoy por el herbivorismo del ganado ovino y vacuno, pero que en el futuro no debería tener problemas por motivos climáticos; y la ´Pseudomisopates rivas-martinezii´, con dos poblaciones descubiertas en la provincia de Ávila (Sierra de la Paramera y cara Norte del macizo central de la Sierra de Gredos), debería pasar problemas climáticos futuros. El informe señala que su número de clones es aparentemente muy bajo y por ello puede presentar actualmente graves problemas de viabilidad, unidos a la baja producción de frutos y escasa capacidad germinativa.

Para evitar problemas en el futuro con la flora que puede estar afectada por la subida de las temperaturas, el informe propone la repoblación artificial en zonas vecinas a donde se encuentran actualmente; la recolección de germoplasma y conservación en viveros; la traslocación de ejemplares a otras zonas potenciales lejanas; un plan específico de conservación; y coordinación entre comunidades autónomas.

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