14 dic 2010

Cambio climático: las maniobras de Washington y la UE

Un año antes de celebrarse la Cumbre Climática de Cancún --que tuvo lugar del 30 de noviembre al 10 de diciembre--, altos funcionarios de la Unión Europea (UE) expresaron a diplomáticos estadunidenses que ese encuentro estaba destinada al fracaso, ya que no se alcanzaría ningún tratado vinculante de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), según revelan diversas notas confidenciales divulgadas por Wikileaks, el sitio de filtraciones por Internet.

El cable BRUSSELS 000004 informa a Washington que el 23 de diciembre de 2009, el embajador de Estados Unidos en Bélgica, Howard Gutman, se reunió con el presidente del Consejo Europeo, el exprimer ministro belga Herman Van Rumpuy, quien lo invitó a tomar un café en el edificio del Consejo en esta capital.

En esa reunión, comunica el cable, Van Rumpuy evocó la Conferencia de las Partes en Copenhague (COP 15), a la que llamó un "increíble desastre", en la que se había "totalmente excluido" y "maltratado a Europa", por lo que agradecía no haber estado ahí.

Escribe Gutman más adelante que Van Rumpuy manifestó que se había declarado "rendido” frente a la cumbre de Cancún, y que él y su jefe de gabinete, Frans Van Daele --exembajador de Bélgica en Estados Unidos-- se referían a la COP 16 de Cancún como una "Pesadilla en la calle del infierno 2", en alusión a ese film de culto de los años ochenta.

Luego de ese comentario, Van Rumpuy preguntó al embajador estadunidense: "¿Quién quiere ver esa película de horror otra vez? Las reuniones multilaterales (presididas por el gobierno de Felipe Calderón) no funcionarán".

Según el cable, en lugar de aplicarse en esas negociaciones, el presidente del Consejo Europeo comentó que la UE mejor debía ponerse de acuerdo con Estados Unidos, y luego ambos con China.

El embajador estadunidense explica: "En lugar de esperar un fracaso en la Ciudad de México (sic), él (Van Rumpuy) intenta dirigir los temas de Copenhague con Estados Unidos (en la cumbre UE-Estados Unidos) en Madrid. Él prevé implicar después a China. En su opinión, las negociaciones deberían enfocarse en Madrid y no en la Ciudad de México".

Según otro cable filtrado por Wikileaks --BRUSSELS 000186--, el 11 de febrero pasado se reunió en Bruselas el enviado especial de Estados Unidos para el cambio climático, Jonathan Pershing, con la comisaria de acción climática de la UE, Connie Hedegaard. El propósito del encuentro fue extender la cooperación bilateral con miras a integrar al Acuerdo de Copenhague --el pacto no vinculante firmado en diciembre de 2009-- al mayor número posible de países.

El documento señala que también estuvo presente el embajador estadunidense ante la UE, William Kennard.

Ese documento confidencial indica: "Ella (Hedegaard) dice que no tiene altas expectativas para la COP 16 en México y que nosotros (Estados Unidos) tenemos que evitar las esperanzas de que ésta resolverá todos los problemas no resueltos en (la cumbre de) Copenhague".

A ese respecto, en una entrevista con la agencia británica Reuters del 2 de junio último, el representante especial de México para el cambio climático, Luis Alfonso de Alba, lanzó acusaciones en esa línea contra Hedegaard y otros funcionarios internacionales con quienes en ese momento estaba él reunido en Bonn, Alemania.

De Alba señaló: "El secretario de Naciones Unidas contra el cambio climático, Yvo de Boer, y algunos otros actores, como la representante de la Comisión Europea, Connie Hedegaard, se han referido frecuentemente a la imposibilidad de alcanzar un acuerdo vinculante en Cancún (...) Nosotros no compartimos esa opinión. Ellos están rebajando las expectativas para Cancún".

En la misma entrevista, el diplomático mexicano advirtió que esa actitud de la UE desviaba la atención de "la sustancia" de las negociaciones, que era llegar primero a acuerdos de reducción de emisiones con las industrias, poner en marcha programas para disminuir la deforestación, compartir tecnologías “verdes” y apoyar a los países más expuestos a la subida de los mares y los desastres climatológicos.

Luego de la publicación de los cables secretos, el jueves 9 de diciembre Hedegaard emitió un breve comunicado:

"Es absurdo e injusto --declaró-- que la UE sea acusada de matar el Protocolo de Kioto. Por el contrario, la UE ha peleado coherentemente para mantenerlo en vida y lo sigue haciendo. Al mismo tiempo trabajamos para garantizar que Estados Unidos y las más grandes economías emergentes asuman compromisos vinculantes, dado que son las que generan una parte sustancial de las emisiones globales".

Sin embargo, no dijo nada acerca de su escepticismo sobre la COP de Cancún.

Presiones

El Acuerdo de Copenhague fue el desenlace de la COP 15, un convenio no obligatorio forjado por un grupo encabezado por Brasil, China, India y Estados Unidos. Tal pacto sólo contiene metas de reducción de gases contaminantes voluntarias presentadas por cada país firmante.

Luego de la cita en Dinamarca, muchas naciones se adhirieron con sus propios objetivos de disminución de emisiones contaminantes, responsables del incremento en la temperatura del planeta.

“Los países desarrollados siempre han tratado de influir en otros. El punto es qué tipo de presión se ejerce y cómo se hace, si la presión es buena o mala”, dijo a Apro el malasio Martin Khor, director ejecutivo del Centro del Sur, una organización intergubernamental de naciones en desarrollo con base en la ciudad suiza de Ginebra.

“Pensamos que esa situación puede repetirse, hay presión de los países ricos sobre los países en desarrollo. Las presiones no se ven en público, pero cuando los mayores poderes económicos se reúnen, eso se ve reflejado sobre los países menos desarrollados”, expresó a Apro Wendel Trio, uno de los representantes de la organización ambientalista Greenpeace en la COP 16.

Las transmisiones diplomáticas expuestas por Wikileaks muestran la manera en que Estados Unidos y la UE se acercaron para empujar el Acuerdo de Copenhague.

Un despacho del 28 de enero, marcado con el código #10THEHAGUE54 e intitulado “Apoyo al Acuerdo de Copenhague”, exhibe el cabildeo estadunidense y las diferencias surgidas dentro de la UE respecto de la adopción del límite de recorte de GEI.

En una conversación entre diplomáticos norteamericanos y la ministra holandesa de Relaciones Exteriores y negociadora ambiental, Sanne Kaasjager, ésta muestra la intención del gobierno de “adherirse con la UE al objetivo colectivo de 30%”.

En esa misma reunión se mencionó que dicha meta se encontró con una “fuerte resistencia” de Italia y Polonia.

“El gobierno holandés está dando pasos para convencer a países en desarrollo de adherirse al Acuerdo. Kaasjager ha esbozado mensajes para las embajadas en las capitales” de entregar ayuda al desarrollo a cambio de respaldo, según el texto del cable.

Prosigue: “Este es un movimiento inusitado del gobierno holandés, que tradicionalmente retrocede ante cualquier sugerencia de usar el dinero de la ayuda como herramienta política. Pero en la conferencia anual de jefes de misión holandeses a mediados de enero, los embajadores estaban pidiendo a gritos lineamientos sobre cómo comprometer y persuadir a los países en desarrollo en las negociaciones climáticas”.

Chantajes

En uno de los más extensos de los 19 cables temáticos filtrados por WikiLeaks, se menciona que la conclusión de la COP 15 ocasionó que la UE dé una visión dura a su rol en las negociaciones, según Kaasjager. “Dijo que sus contrapartes de la UE están acercándose a la noción de que la estrategia de Europa debe cambiar de ‘cómo involucrar a Estados Unidos’ hacia “cómo involucrar a China’”, cita el cable.

Una de las preocupaciones de Kaasjager giraba alrededor del flujo de ayuda financiera contenida en el Acuerdo de Copenhague. “Sin un esfuerzo serio de los países donantes, predijo el peor escenario en el cual los miembros del G-77 –naciones en desarrollo-- usan las reuniones hacia Cancún para acusar al mundo desarrollado de incumplir sus promesas de ayuda rápida”, explica el funcionario estadunidense.

En el referido cable del 11 de febrero, titulado “Clima: Pershing y Hedegaard se comprometen a una cooperación estrecha”, la comisaria europea sugirió que la alianza de pequeños Estados insulares –los más expuestos al calentamiento global-- “pueden ser nuestros mejores aliados dadas sus necesidades financieras”.

Pershing dijo que “en teoría, el Acuerdo debe guiar el trabajo de la COP, pero no está seguro de que los países BASIC – en referencia a Brasil, Sudáfrica, India y China-- lo permitirán. Dijo que los BASIC, liderados por India, están oponiéndose a cualquier cambio a los lineamientos de la COP”, y agrega que “Estados africanos y latinoamericanos están buscando convertir Copenhague en un tratado vinculante” frente a la oposición de los BASIC.

“El gobierno estadunidense ‘trabajará en las próximas semanas en atraer a países para suscribir el acuerdo y definir sus metas. Estadios Unidos estaría feliz con las siete economías emergentes, diciendo que otras las imitarían”, según el despacho del 17 de febrero –clave #10BRUSSELS183--, cuyo asunto es la “discusión táctica con la Unión Europea”.

El documento muestra no sólo la presión diplomática estadunidense, sino de otras naciones opuestas al Acuerdo de Copenhague.

“Hedegaard contestó que necesitaremos trabajos alrededor de países no cooperativos como Venezuela o Bolivia. Froman estuvo de acuerdo en que necesitaremos neutralizarlos, cooptarlos o marginarlos, junto a otros como Nicaragua, Cuba y Ecuador. Hedegaard hizo notar la ironía de que la UE es un fuerte donante a esos países, mientras que Cuba, por ejemplo, está desmotivando a otros de firmar el Acuerdo”.

Michael Froman es el viceconsejero nacional de Seguridad de la Casa Blanca.

“Cuando se llegó al final de la COP 15, muchos países en desarrollo se negaron a firmarlo, pero algunos países desarrollados dijeron que no darían fondos a quienes no lo apoyaran. El financiamiento ha sido usado para persuadir a otros”, sostiene el cable.

Fuente

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