Bruselas, -Los desastres naturales e industriales provocaron cerca de 100.000 muertes, 11 millones de afectados y la pérdida de hasta 200.000 millones de euros entre 1998 y 2009, según la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA).
La ola de calor en el sur de Europa durante el verano de 2003 y el terremoto de Izmit (Turquía) de 1999 fueron las catástrofes que más muertes causaron: 70.000 y 17.000, respectivamente, indica la AEMA en un extenso informe, difundido este miércoles.
Las incidencias más graves desde el punto de vista económico se debieron principalmente a desastres naturales y dejaron pérdidas globales de 150.000 millones de euros en los 32 países que forman parte de la Agencia. El impacto total se eleva a unos 200.000 millones si se tienen en cuenta catástrofes menores.
Los terremotos de Izmit (Turquía) en 1999 y L'Aquila (Italia) en 2009, provocaron daños por valor de 11.000 millones y 2.000 millones de euros, respectivamente.
Las de origen industrial tuvieron un impacto especialmente destacado en los ecosistemas.
Los hundimientos de los buques petroleros Prestige en 2002 frente a las costas españolas y del Erika III en 1999 en el Canal de la Mancha o el vertido tóxico de Aznalcóllar (Sevilla) en 1998 alteraron seriamente los ecosistemas fluviales y costeros y requirieron costosas tareas de limpieza.
No obstante, la AEMA destaca que entre 2003 y 2009 el número de vertidos disminuyó significativamente, en parte gracias a que existen normativas y controles cada vez más estrictos en estos sectores.
Las tormentas fueron el desastre natural más costoso entre 1998 y 2009 y el cuarto en pérdida de vidas humanas (729 muertes, por detrás de las olas de calor, terremotos e inundaciones).
En Europa central las tormentas de diciembre de 1999 produjeron pérdidas de 18.000 millones y las de enero de 2007, 8.000 millones.
Las altas temperaturas registradas durante los veranos de 2006 y 2007 supusieron 3.000 muertes más por calor, mientras que el frío extremo en el periodo estudiado se cobró la vida de 1.900 personas.
"Está previsto que el cambio climático continúe aumentando la frecuencia e intensidad de las olas de calor", señala la AEMA y alerta de que esto podría tener consecuencias significativas para la salud humana, ya que se estima que la mortalidad aumentará entre el 1% y el 4% por cada grado centígrado de más.
Los incendios forestales que se producen cada año en Europa, principalmente en la región mediterránea, son otro de los fenómenos que castigan el medio ambiente y la economía.
Los más importantes detectados entre 1998 y 2009 tuvieron lugar en Portugal (2003 y 2005), España (2006) y Grecia (2007) y en cifras globales estas catástrofes supusieron 307 muertes en el periodo estudiado.
La sequía tuvo también graves consecuencias para la agricultura, el turismo y el sector energético, pero no ocasionó muertes directas.
Las pérdidas de la sequía que en 2003 afectó a España y Portugal, entre otros, ocasionó pérdidas de hasta 8.700 millones de euros.
El extremo contrario, las inundaciones también tuvieron un impacto destacado y constituyeron junto a las tormentas el desastre natural más grave.
Las inundaciones de 2002 en Europea central se tradujeron en pérdidas de 20.000 millones de euros y las de 2000 en Italia, Francia y los Alpes suizos, 12.000 millones; mientras que las de Reino Unido en 2007, 4.000 millones de euros.
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