Teresópolis, Nova Friburgo y Petrópolis son las tres ciudades más golpeadas. Las víctimas fueron en sólo un día por lluvias intensas e inesperadas que azotaron la zona serrana. El fenómeno afecta también a Minas Gerais y San Pablo.
Otra vez lluvias torrenciales estivales castigaron la región montañosa de Río de Janeiro y mataron a más de 380 personas, según los últimos partes oficiales, suministrado por Defensa Civil y la oficina de emergencia fluminense. Es la peor inundación en la historia del Estado.
Socorristas con maquinaria pesada, palas e incluso con las manos removían toneladas de barro y escombros en busca de sobrevivientes.
Teresópolis, Nova Friburgo y Petrópolis fueron los puntos más golpeados y con mayor cantidad de víctimas (ayer se habían abierto 15 frentes de emergencia en esas tres localidades, informó la cadena O Globo), dentro de daños que se extendieron por Río pero que también afectaron a otros Estados vecinos del sudoeste brasileño. Para empeorar la situación, el servicio meteorológico pronosticó que pueden seguir las lluvias los próximos días.
En el área de Río cayeron 260 mm de agua en un día cuando, para todo enero, se esperaban 180. El portal meteorológico Climatempo de Brasil informó que en sólo dos a tres horas cayeron 60 mm. Ya un temporal de 25 por hora es considerado algo grave.
En Teresópolis, 65 kilómetros al norte de la ciudad de Río, donde murió cerca de la mitad de las víctimas fatales de ayer, los torrentes estrellaron autos contra los árboles y las montañas se derrumbaron y sepultaron casas bajo toneladas de tierra. Los sobrevivientes, con el agua hasta la cintura, cargaban lo que podían de sus pertenencias y trataban de llegar a los sitios más elevados.
Subiéndose a los árboles, muchos se salvaron de ser arrastrados por la corriente . El agua seguía bajando de las montañas incluso después de que cesó la lluvia.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, prometió ayudar a los damnificados y mañana sobrevolará la región afectada. Su gobierno destinará 700 millones de reales (algo más de 400 millones de dólares) para atender la situación. Colchones, alimentos y dadores de sangre fueron los mayores pedidos de ayer entre las víctimas sobrevivientes. El alcalde de Teresópolis, Jorge Sedlacek, declaró el estado de emergencia: “Es la peor calamidad que haya golpeado a esta población’’, dijo.
En Petrópolis, también sobre Serra dos Orgaos, el alcalde confirmó varias decenas de muertos y más de 1.200 evacuados. La cifra de muertos aumentaba a medida que los bomberos llegaban a las zonas más inaccesibles.
Unas 1.000 personas quedaron sin techo.
Otras personas, más de 80, murieron en la vecina aldea montañosa de Nova Friburgo, entre ellos cuatro bomberos que participaban en una operación de rescate, según una declaración de las autoridades de defensa civil del Estado de Río. Fue destruido un hotel y el teleférico. Y un gimnasio era usado como una improvisada morgue.
Además la tragedia afectó en numerosas ciudades y poblaciones del Estado el servicio de agua, electricidad y telecomunicaciones .
Carlos Minc, secretario de Ambiente de Río, dijo que no sólo fue una catástrofe “natural” sino que la impericia de varios alcaldes contribuyó a agravar las cosas, generando una polémica política con diversos funcionarios. El secretario aludía al incentivo que se hizo por parte de varios prefectos (alcaldes o intendentes) para habitar zonas costeras inundables.
El gobernador, Sergio Cabral, pidió a la armada que preste a los bomberos sus helicópteros para las tareas de rescate. “Lloramos la pérdida de vidas en esta tragedia causada por la lluvia’’, dijo Cabral en una declaración. La tormenta concluyó ayer por la mañana, pero la tierra saturada de agua sigue inestable y amenaza a las poblaciones levantadas en las colinas.
Río no es el único Estado afectado por las inunudaciones.
Por ejemplo las lluvias intensas también causaron estragos en el Estado de Minas Gerais, donde 16 personas murieron el mes pasado y decenas de poblaciones se encontraban en estado de emergencia.
Y en San Pablo, las calles principales están inundadas desde el domingo y 21 personas fallecieron en derrumbes, aludes e inundaciones. En sólo doce días, el estado paulista recibió el agua que se esperaba para todo enero, de acuerdo con el diario local Folha . Las autoridades de Franco da Rocha, en ese estado, declararon la emergencia municipal: allí cayeron puentes y se clausuraron numerosas calles y avenidas.
El sureste brasileño ya sufrió similares tragedias en otros veranos, incluido el de la temporada 2009/2010.
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