10 ene 2011

En 2010 hubo muchos desastres naturales y se avanzó en la ecología


Al hacer resumen de lo ocurrido en el año 2010, los ecologistas optaron por hablar con el Gobierno de Rusia como un maestro con un escolar, hicieron alabanzas justas y también hubo criticas constructivas, no tanto hacia los funcionarios en particular, sino sobre sus actos.

Una postura es muy propia de los ecologistas que busca conservar el medio ambiente político y de paso, proteger a los propios defensores de la naturaleza.

Atendiendo las señales de alarma

Las organizaciones de protección del medio ambiente elogiaron positivamente la Cumbre del Tigre, celebrada el pasado noviembre en la ciudad de San Petersburgo.
En el acontecimiento participaron representantes de 13 países, en cuyo territorio habitan estos enormes felinos.

Hace un siglo la población de tigres era de 100.000 ejemplares y en la actualidad, tan sólo quedan 3.200 de estos animales.
Según subrayó en su intervención en el foro el primer ministro de Rusia, Vladimir Putin, esta dramática situación es fruto de una actitud egoísta por parte del hombre y el aprovechamiento irresponsable de los recursos forestales.
“La naturaleza nos da hoy señales de alarma, esperando ser escuchada, debemos oírla”, dijo.
El principal logro del foro fue la declaración firmada por los Jefes del Gobierno de los países participantes en la que se plantea duplicar la población de tigres para el año 2022, año del Tigre según el calendario chino.

Este objetivo es posible si los países en los que viven los tigres crean reservas naturales especiales, y se toman medidas de carácter biotécnico como por ejemplo, aumentar la población de ciervos y jabalíes, que constituyen las principales fuentes naturales de alimentación de los tigres del Amur.
También es necesario introducir castigos más severos para los cazadores furtivos y los comerciantes de los productos obtenidos de los tigres.


En realidad los tigres son muy afortunados porque otra señal de alarma igualmente intensa parte de sus hermanos con manchas, los leopardos del lejano Oriente.
Mientras que la población de los tigres del Amur apenas supera los 500 ejemplares, no quedan más de 35-45 leopardos.
Uno de los defensores de los leopardos del Lejano Oriente, el vice-primer ministro de Rusia, Serguei Ivanov, señaló recientemente la necesidad de diseñar un programa nacional para la preservación de estos animales y apoyó la idea de los ecologistas de unir dos reservas naturales existentes en una zona para crear el parque nacional de la “Tierra del leopardo”.

Y una vez dispuesto a solucionar estos problemas de biodiversidad, habría que salvar también a los leopardos de las nieves, a las grullas de cuello blanco y a otras especies en peligro de extinción.
El aumento de la financiación de las reservas naturales aumenta sus posibilidades de sobrevivir a los animales que allí habitan.
Hasta el momento, estos territorios “apenas pueden salir adelante”, según confesó el jefe del Departamento de política y regulación en la esfera de la protección del medio ambiente del Ministerio de Recursos Naturales de Rusia, Rinat Guizatullin.

En 2011, las sumas asignadas para su mantenimiento subirán un 35%, lo que permitirá, por ejemplo, recuperar las rutas ecológicas. En los últimos años Putin ha realizado una serie de visitas a las reservas naturales del país.

Los ecologistas agradecieron la atención prestada por el gobierno ruso al lago Baikal. Allí se está aplicando un programa federal encaminado a preservar su hábitat único y eliminar las secuelas causadas por el hombre.

Sin embargo, no todo son alabanzas: los defensores del medio ambiente denunciaron el Decreto gubernamental del 13 de enero de 2010 que, de hecho, autorizó la reapertura de la Fábrica de producción de celulosa del Baikal, cuyo funcionamiento había sido paralizado el 10 de noviembre de 2008.

Año de desastres naturales y provocados por la actividad humana

Los incendios forestales que azotaron Rusia el verano pasado volverán a devastar su territorio el año próximo, pronosticó del director de los programas de “Greenpeace Rusia”, Iván Blokov.
Porque cambiará muy poco el proceso mismo de gestión de los recursos forestales, y los árboles seguirán siendo destruidos por el fuego y también por las plagas como la lymantria defoliadora en el territorio de Krasnodar y los escolitinos en la provincia de Moscú.

Estos desastres dan miedo, pero parece que la humanidad ya no se sorprende con nada.
En 2010 se produjeron varios desastres ecológicos de gran impacto, tanto naturales como causados por las actividad humana.

En enero de 2010 un terremoto en Haití segó la vida de 200.000 personas; el pasado abril empezó la erupción del volcán Eyjafjallajokull en Islandia, por lo que fueron suspendidos los vuelos de las líneas aéreas europeas y norteamericanas e hizo que se derrumbaran las bolsas.

En Rusia en verano se vivió una ola de calor anómalo, Pakistán fue azotado por unas fuertes inundaciones, en América del Sur cayeron nevadas y heladas.

El más terrible accidente provocado por la actividad humana fue el derrame de petróleo en el Golfo de México. La plataforma petrolera Deepwater Horizon se hundió cerca de la costa del estado norteamericano de Luisiana el 22 de abril, después de un incendio que duró más 30 horas.
La tragedia causó la muerte de once personas y causó un derrame de unos 4.9 millones de barriles de crudo.
A finales de junio, durante la Cumbre del G-20 celebrada en Toronto, el presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, propuso la creación de un mecanismo internacional de prevención de desastres ecológicos y la liquidación de sus consecuencias, que incluya seguros contra riesgos ecológicos.

“El derrame de petróleo en el Golfo de México ha hecho que muchos Jefes de Estado se dediquen a buscar soluciones a este problema”, dijo el director de la sede rusa del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), Igor Chestin, comentando la iniciativa del mandatario ruso.

La necesidad de la “alfabetización ecológica”

No hay razones para esperar que en Rusia reduzca la contaminación del aire, agua o suelo, opinó Blokov. Al contrario, en noviembre de 2010 el número de casos de contaminación extrema aumentó en un 8% en comparación con las cifras de noviembre del año pasado.

La solución de los numerosos problemas ecológicos a los que nos enfrentamos no parece haber avanzado en absoluto. Por mucha propaganda que se haga, por ejemplo, del reciclaje de la basura doméstica, la población de Rusia no parece animarse a hacerlo.

Los ecologistas afirma que el pais necesita más propaganda ecológica, una especie de “alfabetización” en el tema.
Todavía no se ha hecho nada para incluir cursos de ecología en el programa escolar, se lamentan los representantes de Greenpeace y WWF. Los adultos tampoco parecen tener muchos conocimientos al respecto.

Sin embargo, los ecologistas son optimistas, la preocupación de la sociedad por la protección del medio ambiente ha aumentado, opina Blokov y cita los resultados del sondeo de la opinión pública, llevado a cabo el pasado agosto.
Anteriormente los problemas medioambientales sólo preocupaban al 17-24% de rusos y actualmente esta cifra ha aumentado hasta el 31%. Este aumento se explica hasta cierto punto por el número y la fuerza de los desastres naturales de 2010.
Otra razón de la “popularidad de los asuntos medioambientales” radica en la coyuntura política y la moda. En cualquier caso, del año 2010 ha permitido que la sociedad sacar conclusiones ecológicas importantes.

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