El proyecto Malaspina será la primera expedición que analice los efectos del cambio climático en el alejado océano Índico.
Está muy alejado de la presencia y actividad humanas. Quizá por ello el estudio sobre el impacto del calentamiento climático en sus aguas se haya ido dejando. Ahora, el proyecto Malaspina, en el que participan 400 científicos del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), se prepara para adentrarse en el Índico y obtener información que ayude a descifrar las claves del actual estado de esta región que, al estar tal alejada de los continentes, es la que menos impacto humano recibe.
“Obtendremos datos nunca antes medidos, especialmente contaminantes, una variable de la que no existe apenas información en esta región”, ha explicado Jordi Dachs, jefe científico de la expedición. Para ello, bajarán hasta 4.000 metros de profundidad.
Estos contaminantes son sobre todo restos orgánicos como hidrocarburos o dioxinas que viajan en transporte atmosférico por todo el globo. Analizar cómo estos contaminantes se trasladan y se acumulan en el fitoplancton del Índico dará una pista más sobre las consecuencias del cambio climático en los océanos. Estos son, junto a los suelos y a la atmósfera, los principales sumideros de contaminantes del planeta.
Hasta ahora, expediciones y análisis en el Atlántico han demostrado que el principal efecto del calentamiento global en la masa oceánica es que se torna más ácida, ya que al disminuir el fitoplancton, este tiene menor capacidad para absorber el dióxido de carbono. De esta misma hipótesis parten los científicos de Malaspina, cuyo buque Hespérides zarpará de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, el 11 de febrero.
“El fitoplancton es la base de la cadena trófica. Si este disminuye por efecto del cambio global, todos los eslabones se ven afectados”, añade Jordi Dachs. La expedición se centrará exclusivamente en el efecto del cambio global en estos minúsculos organismos vegetales que pululan por el agua. Pero este científico avanza que, una vez que los contaminantes orgánicos como hidrocarburos o dioxinas viajan hasta el océano, sus efectos se arrastran por toda la cadena trófica, hasta los peces y animales marinos.
Las dioxinas y los hidrocarburos son altamente tóxicos y cancerígenos, pudiendo causar problemas de hígado y disfunciones hormonales en los animales marinos.
La expedición Malaspina es un proyecto del Ministerio de Ciencia e Innovación. Durante nueve meses, recorrerá 33.000 millas a bordo de los buques Herpérides y Sarmiento de Gamboa, del CSIC.
Gracias a innovaciones tecnológicas como un aparato que obtiene muestras de la capa más superficial del océano, los investigadores han comprobado la presencia de grandes cantidades de fragmentos minúsculos de plástico, incluso en el Atlántico Sur, donde apenas hay actividad industrial humana.
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