Las autoridades informaron sobre la muerte de siete pasajeros que fueron sorprendidos por un alud de tierra y rocas al bajarse para remover un árbol, según el alcalde Tito Maya de la Cruz del pueblo de Villa Guerrero, a 60 km de Ciudad de México.
El alcalde señaló que "dos vehículos fueron arrastrados a una barranca" y que 20 personas fueron declaradas como desaparecidas.
Con las siete muertes de este martes suman 78 las registradas por la temporada de lluvias que comenzó en mayo, según explicó en conferencia de prensa la directora de Protección Civil, Laura Gurza.
Las precipitaciones han sido "muy por encima de lo normal" y también dejan 810.000 damnificados, agregó. Un balance previo suministrado por autoridades estatales daba cuenta de casi un millón de damnificados.
Este martes gran parte del territorio mexicano recibió nuevas precipitaciones atribuidas por el Servicio Meteorológico Nacional a la nubosidad que provocó Karl y que se extendía hasta al estado de Tamaulipas, en el extremo noreste y fronterizo con Estados Unidos.
En ese estado varias carreteras están interrumpidas y el río Bravo, que divide a México y Estados Unidos, amenazaba con desbordarse a la altura de la ciudad de Matamoros, vecina de Browsville (Texas), según dijo Jesús Garza, gerente local de la junta de aguas y drenaje.
El gobierno mexicano ha calificado la actual temporada de lluvias como la peor desde que hay registros en el país. "Ha habido lluvias que han rebasado los parámetros históricos" en algunas lugares hasta al doble, explicó Gurza a los corresponsales extranjeros.
A las lluvias que dejó Karl se sumaron este martes las que provocaba en la península de Baja California, el paso de la tormenta Georgette que se formó en el Pacífico y tocó tierra cerca al balneario de Cabo San Lucas, un exclusivo destino turístico.
Hasta entrada la noche no hubo reporte de daños por Georgette, que perdió fuerza hasta convertirse en depresión tropical, con vientos de menos de 55 km por hora según el servicio meteorológico, aunque su paso obligó al cierre de puertos.
"Hemos cerrado navegación a todas las embarcaciones porque esperamos olas mayores de cuatro metros", explicó Celso Castro, delegado en Baja California Sur (noroeste) de la Comisión Nacional de Agua.
En el otro lado del país en Veracruz, sobre la costa del Golfo de México, unas 40.000 personas se encontraban en refugios improvisados en escuelas y edificios públicos.
El gobernador Fidel Herrera reiteró el martes su llamado a la solidaridad, con el envío de alimentos y provisiones para los damnificados por Karl que se suman a los que ya habían dejado dos semanas de lluvias previas.
"Casi la mitad del estado está bajo las aguas", señaló Herrera a corresponsales extranjeros. "Tengo la certeza de que en los próximos siete días secaremos Veracruz y que entre todos empujaremos la reconstrucción", agregó.
En La Antigua, a 20 km del puerto de Veracruz y cerca al punto donde Karl tocó tierra el viernes, unas 300 personas ocupaban un refugio habilitado en una escuela.
Ante tanto infortunio "no nos queda otra cosa que volver a empezar. Aquí está mi familia y mis hijos", dijo a la AFP Luz Stella Rubiano mientras intentaba conseguir agua para lavar ropa.
El nivel alcanzado por las inundaciones en La Antigua hizo que al menos 280 cocodrilos de un criadero en una granja ambiental escaparan cerca a La Antigua, advirtió el gobernador Herrera.
De otra parte se espera que Georgette ingrese el miércoles al golfo de California, donde podría fortalecerse antes de tocar nuevamente tierra en Sonora (México) y seguir su camino hacia Arizona, sur de Estados Unidos.
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